febrero 24, 2020

Un Dios que vio a los cubanos naufragando y envió a Fidel a rescatarlos.


Un libro de obligada lectura para los que se interesan sobre el tema de la Religión en Cuba, he estado leyendo, - la líneas y las entrelineas-, se trata de “Hilario Chaurrondo: entre iglesia y Revolución”. Las notas del P. Chaurrondo, escritas con minuciosidad, abordan eventos que conciernen a los años entre 1959 (cuando llega la Revolución) y el 1972.
Hay una nota que puede carecer de interés y es los anónimos que circulaban en el escenario católico cubano, no es ocioso decir que también fuera. Siempre los anónimos han circulado en Cuba, de esto nunca se ha hablado; porque por eso precisamente son anónimos y desaparecen con rapidez. No hay registro. En el libro el P. Chaurrondo dice: nuevos anónimos (todo indica que antes ya circulaban otros); y aparece una poesía- oración al dictador, el innombrable en Jefe. La incluyo aquí:
Oración por Fidel Castro
21 de febrero de 1965
Tu que todo lo puedes Padre Santo
te ruego en mi oración todas las noches
que ampares a Fidel con tu sagrado manto
y aunque soy pecador no  me reproches.
Gracias te doy porque a mi amado suelo
le diste a Martí para guiarnos
y al vernos naufragando desde el Cielo
mandaste a Fidel a rescatarnos.
Pero tengo miedo de que un Judas traicionero
pueda tronchar su vida generosa,
como confío en ti, me perdones quiere,
la  flaqueza de fe en pensar tal cosa.
Ampáralo Señor, no lo abandones
en el momento crucial de su existencia
Cuba es feliz tan llena de ilusiones,
porque  refleja en Fidel nuestra presencia.
(Anónimo)

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