diciembre 01, 2019

Cárcel y quema de Iglesias: Activistas LGBT amenazan a tradicional lectura bíblica en La Habana.

Por: Elena Oliveira Pérez.
Lobistas LGBT atacaron en las redes sociales una actividad de evangélicos cubanos a efectuarse en el Malecón habanero este domingo.
Procastristas lanzan provocaciones
La activista Elaine Salaregui calificó en su cuenta personal de Facebook como "fundamentalista" a la Liga Evangélica de Cuba (LEC) institución religiosa que organizaría una lectura de La Biblia celebrando el día mundial de ese libro sagrado para la comunidad cristiana.
La radical escribió que la cristiandad "se manifestará nuevamente en el espacio público, esta vez dando visibilidad a la Biblia que usan como garrote, mostrándose como una multitud, o peor aún como La Iglesia cubana".
Salaregui dirige una Iglesia con unos 100 miembros y con presencia en algunas ciudades de la isla, y recibe apoyo operativo del régimen gracias a su cercanía con Mariela Castro, sobrina del fallecido dictador Fidel Castro.
La Iglesia de la Comunidad Metropolitana, como se llama la entidad que rectorea, no está inscrita en el Registro de Asociaciones, sin embargo no ha recibido el trato hostil que otros grupos en igual situación legal como el creciente Movimiento Apostólico, cuyos templos han sido demolidos y sus líderes detenidos arbitrariamente por años.
Al post de Salaregui se sumaron varios comentarios como el del periodista Francisco Rodríguez Cruz, quien propuso ir "ese día a leerles la Constitución", provocación que secundaron varios usuarios.
Rodríguez, quien se define en su blog como comunista, gay y "ateo convencido" ganó notoriedad meses atrás por comparar, en un post de Facebook, a los creyentes evangélicos con estafilococos.
Mila García se sumó: "Más atraso. No ponen una. Más culpa e ignorancia del puto cristianismo".
Ángel Rolando Ruiz, quien se identifica en sus redes sociales como Reverendo, incitó: "vamos a poner música ese día".
Un hito para la libertad de reunión.
El activista progubernamental Ulises Padrón Suárez preguntó: "¿Habrán pedido permiso?".
Por su parte, el escritor y poeta castrista Jesús García amenazó: "Lean su Biblia en sus lugares adecuados y pórtense bien. Luego no lloren en la cárcel por violar la ley".
El Estado cubano reprime cualquier concentración de personas en espacios públicos, sin embargo la convocatoria de los evangélicos ha sobrevivido alrededor de una década gracias a la discreción.
En este sentido, la autora matancera Alina Bárbara López valoró la iniciativa en su sentido antitotalitario: "Vean la parte positiva, si logran hacer su lectura sentarán precedentes para las muchas lecturas que necesitamos, claro que de otra naturaleza, entre ellas, como bien comentaron algunos, las de la Constitución".
"A pesar de que nos hemos reunido hasta 500 personas con las Biblias abiertas en una de las avenidas más importantes del país nunca ha habido ningún disturbio", dijo una de las participantes en ediciones anteriores.
"Pero con las amenazas desde Facebook tememos que vayan a provocarnos mientras leemos, que lleven ese mismo ambiente hostil en las redes sociales al ámbito físico; y en la actividad participan ancianos y menores de edad", comentó pidiendo anonimato pues teme represalias en su centro laboral donde coincide con varios activistas LGBT.
Los agravios contra esta tradicional lectura bíblica se enmarcan en un contexto latinoamericano de violencia y difamación desde la izquierda radical contra quienes se organicen para promover valores como la familia, el matrimonio y la no ideologización de las enseñanzas.
Teorías de la conspiración y desinformación.
Durante los ataques a la actividad en el Malecón capitalino, la invitación de la LEC fue eliminada por los organizadores para evitar mayor confrontación, acción que despertó en las radicales teorías conspirativas.
"Seguro están diseñando otra estrategia macabra en su escalada hacia el poder que anhelan", elucubró la usuaria Mercedes García.
El activista Roberto Ramos Morí, beneficiario de recientes contratos con el castrismo a través del Ministerio de Cultura y el Festival de Cine de La Habana y conocido por utilizar la etiqueta #laIglesiaQueMejorIluminaEsLaQueArde meses atrás en redes sociales, compartió el post de Saralegui.

Cristianos cubanos leyendo La Biblia en el Malecón habanero en silencio.

A continuación, el realizador de audiovisuales para la Televisión estatal, Leandro de La Rosa dijo: "¿En el Malecón? ¡Ay, mi madre!, les va a hacer falta un megáfono para leer ahí. Bella, bella va a quedar esa lectura amplificada. ¿Sera algo así como Tantrismo público? Qué tontería de idea."
"La lectura bíblica no se realiza en alta voz ni para los participantes ni para los transeúntes; nunca se ha hecho así en ninguna de las ocasiones anteriores", dijo a esta periodista otro de los participantes de la lectura por cinco años consecutivos. "Las personas están muy desinformadas, y cuando opinan en estos foros virtuales hablan sola y exclusivamente desde el prejuicio".
El bloguero castrista Ariel Montenegro, escribió: "¿Habrán pedido permiso? ¿No mandarán a nadie a detener la lectura porque ya han leído bastante? ¿Serán mercenarios que no representan los intereses de los verdaderos cristianos?"
El usuario Álvaro M Llerena escribió: "¡Yo me voy a parar ahí, y quiero me lean algo! Que les voy a mandar bien mandados"; mientras que el escritor Norge Espinosa propuso: " ¡ponernos enfrente a leer al marqués de Sade!"
En otro post de Ramos Morí sobre las iglesias evangélicas cubanas el usuario Titoe Yolexis comentó: "Para mí las iglesias son iguales a los bares (...) por mí que quemen las iglesias y hagan más bares".
Leónides Pentón, en un artículo para el sitio español REC, consideró que hoy en Cuba están presentes todos los síntomas y primeras señales para la mayor ola represiva y discriminatoria contra la comunidad cristiana desde los años 60 del pasado siglo, a inicios de la Revolución comunista.

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