Alianza de Iglesias Evangélicas: ¿Paripé para limpiarse el desprestigio o maniobra de la Dictadura?

De las siete asociaciones fundadoras, dos, Metodista y Bautista Occidental, han demostrado connivencia con el Régimen: Este asunto no requiere la argumentación retórica de los promotores, sino la contabilidad de sus antecedentes y hechos.

Por Jaime Leygonier.

La Habana, de julio, 2019. / Siete representantes de varias denominaciones publicaron en Internet el 11 de septiembre pasado, pero no divulgan entre sus fieles, la iniciativa de crear la “Alianza de Iglesias Evangélicas de Cuba (A.I.E.C.) para la “defensa de la doctrina y principios bíblicos comunes”.

Porque, según alegan en documento, no se sienten “representadas delante de las autoridades y el pueblo cubano por el Consejo de Iglesias de Cuba – (C.I.C.) engendro de la propaganda estatal y la policía política - y se sienten motivadas a trabajar unidas en la defensa de los valores bíblicos.¨

Los fundadores firmantes son: Rev. Dariel Llanes Quintana, presidente de la Convención Bautista de Cuba Occidental; Rev. Eduardo Alonso Álvarez, presidente Iglesia Evangélica Betel de Cuba; Rev. Alida León Báez, Liga Evangélica de Cuba; obispo Ricardo Pereira Díaz, Iglesia Metodista de Cuba; Rev. Moisés de Prada Esquivel, Iglesia Evangélica Pentecostal de Cuba Asambleas de Dios; Rev. Juan Carlos Bermúdez, Iglesia Buenas Nuevas de Cuba; Rev. Josué Rodríguez Legra, presidente Convención Bautista de Cuba Oriental.

Sin negar que sea estimable el aliarse por fines comunes, ¿por qué tiene que “representar” nadie a las iglesias “ante las autoridades y el pueblo”, con lo usual que es en Cuba que “el representante” someta a los representados y sea un instrumento de las autoridades, y la norma es la violación de la democracia interna en las iglesias?

 Y ¿cómo, de quién y contra quién defenderán “los valores bíblicos” sus mismos violadores cuando uno de ellos, el obispo metodista, está mal afamado como agente del Régimen y otro, la Convención Bautista, “lavó el cerebro” a su feligresía con un Manual de Oración que inculcaba sumisión?

Contamos con una “Babel” de denominaciones desacordes al interpretar “valores bíblicos”, pero absolutamente acordes en predicar la sumisión al Estado totalitario; muchos hasta invitan desde el pulpito a votar en las farsas electorales como “deber cristiano”.

Y esta “nueva alianza”, representa a pastores encallecidos en predicar a su grey una sumisión musulmana, que no cristiana, mediante Tito 3-1, otras citas, y el expediente de mutilar la cita bíblica de Romanos 13-1 al 2:

“Sométase toda persona a las autoridades que les son superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. / De modo que quien se opone a la autoridad a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten acarrean condenación para sí mismos /…”

Y se callan maliciosamente la continuación, los versículos del 3 al 7, que explican el sentido: “Porque los magistrados no están para infundir temor al que hace el bien, sino al malo. ¿Quieres, pues, no temer a la autoridad? Haz lo bueno, y tendrás alabanza de ella; / porque es servidor de Dios para tu bien /…/ vengador para castigar al que hace lo malo. /Por lo cual es necesario estarle sujetos, no solamente por razón del castigo, sino también por causa de la conciencia/…”

Quiénes usan semejante trapaza ¿defenderán “los valores bíblicos”? Y pues inculcan a los fieles que se condenarán si resisten a las autoridades injustas… ¿no son inconsecuentes ahora al “contrarrestar” al parto de esas autoridades: el Consejo de Iglesias de Cuba?

 

Dijeron de “Cenizas” que  era un
instrumento en las manos de Dios…,

 En dos ocasiones en que en T.V., un “pastor” del C.I.C., proclamó a Fidel Castro “como uno de los grandes profetas de la Biblia”, ¿qué declararon estos defensores de “la doctrina y los valores bíblicos”?

El ex-pastor bautista José Carlos Pérez, testimonia que sufrió represalias de los directivos de la Convención Bautista de Cuba Occidental, por oponerse a bautizar a comunistas que continuaban sirviendo al Partido y por oponerse a la “Campaña 50 días de oración por Cuba”, en el 2008.

Tras la denuncia periodística de esa campaña, por Pérez y, luego, por quien escribe, la Convención, al reeditar ese manual moderó sus bajas adulaciones al Gobierno.

Pero quien lea su edición original del 2008, comprobará que fue un “lavado de cerebro totalitarista” a los fieles, por orden de la directiva de la primera iglesia en la lista de promotores de la “nueva alianza”. Si el primer firmante, Rev. Dariel Llanes Quintana, no fue cómplice, supongo que haya protestado enérgicamente, de lo cual no nos enteramos.

Algunos mensajes directos y subliminales (citas del manual, tomadas de “Alerta al pueblo…”, nov. 2008, web “Cuba Democracia y Vida”:

Semana 6, pág .7, oración: “con la intención de que intercedamos por nuestro gobierno, para evitar que exista cualquier barrera entre la Iglesia y el Estado”.

Pág. 63, comenta el principio de separación Iglesia-Estado: “Sin embargo, este principio no autoriza al creyente a desobedecer la administración humana, puesta por Dios para el bien común… Dios le exige la disciplina civil, con la única excepción de que se intente obligarle/… /contra la otra disciplina”.

Día 37: “En la Asamblea Nacional hay/…/ tres diputados de confesión cristiana –agentones del C.I.C., entre ellos Raúl Suárez, hereje excomulgado por su cisma de la Convención Bautista y demandado en vano judicialmente por la Convención, para que le devolviera templo, casa y cuenta bancaria de $24 000 pesos – Aunque, entendemos que existen, desconocemos cuántos puede haber en los niveles intermedios y en la base. Tampoco sabemos cuántos habrá en la próxima legislatura, próxima a ser elegida. Orar por ellos es vital…”.

¡Aleluya! Los cristianos estamos formando parte del aparato de poder totalitario, al menos en la claque del fingido “Parlamento”, oremos para que influyan  y legislen según “…los fundamentos espirituales de la Fe cristiana”: ¡Todo el poder a los Soviets! Digo, a los cristianos pro-dictadura.

Pág. 8: “podemos bendecir nuestra Nación, a través de nuestros hechos, trabajos, palabras o del gobierno que apoyamos”.Pag.6: “El ateísmo científico fue una concepción/…/y dejó de ser sustentada oficialmente por el Estado”.

Lamento no recordar la página del Manual en que comparan con la actualidad al centurión Cornelio: Hoy, “puede ser el coronel del MININT”- Ministerio del Interior- que vive en nuestra cuadra.

José Carlos Pérez, en sus publicaciones de entonces (2008) “Alerta al pueblo de confesión bautista…” y en su libro recién  publicado: “Los herodianos en la Cuba de Hoy”, abunda en el tema; y en su artículo: “Nueva alianza, ¿quién es quién?”, en “Religión en Revolución”, señala que consta como coautor, en ese Manual pro-dictadura, el disidente pastor Mario Félix Leonard.

Y subraya: El “…/ Obispo Metodista Ricardo Pereira Díaz /…/desde mucho tiempo es visto como agente de la Seguridad del Estado. Su historia personal archiva su desempeño a favor del Régimen. El Caso del pastor metodista Yordi A. Toranzo, quien fuera destituido del ministerio pastoral (por mandato del Comité Central del Partido) ya que ¨no se alineaba con el Partido Comunista¨ causó mucho revuelo en su momento en la red”.

Por supuesto que entre los involucrados puede haber bien intencionados; Pérez, lo cree así de los pentecostales. ¡Ojala dejen las malas compañías y no vayan a remolque de los falsificadores de la Palabra de Dios!, que suelen ser los que hablan mejor y se imponen a una asamblea.

A la luz de estos antecedentes ¿qué significa la “Alianza de Iglesias Evangélicas de Cuba”?

Los buenos deseos de que “las cosas sean como deben ser y no como son”, llevan a algunos a pensar que estos pastores asumirán una posición cívica ante la Dictadura.

Los evangélicos nunca lo han hecho, pese a que la crisis nacional y el pisoteo de los Derechos Humanos son graves desde hace mucho, no levantaron la voz contra ninguna injusticia, predicaron la sumisión, ¿por qué cambiarían ahora? ¿Se convirtieron de corazón? ¿La crisis nacional es tan grave que “cambian de casaca”?

¡Ojala y fuera eso!: Convertirse como el príncipe, aislado en las delicias del palacio, que al salir por primera vez, se enteró de que existían la enfermedad, la vejez y la muerte; y por ese choque emprendió una búsqueda espiritual. O, menos poético, “cambiar de casaca”.

Pero estos príncipes llevan demasiado pasando de largo ante las miserias de sus prójimos y de su Patria, asegurándose de no sufrirlas gracias a su profesión y apatía cómplice. No niego que el pecador pueda convertirse, pero para ser creíble debe aportar testimonio del cambio.

¿”Cambio de casaca”?, ¿”las ratas abandonan el barco que se hunde”? Sería bueno. Tampoco es creíble; aún pueden ser castigados por el Régimen. Pero alguno podría procurar que lo castiguen, un poco, no tanto, para refugiarse en los Estados Unidos como mártir perseguido.

Las iglesias en Cuba son insolventes, los fieles no pueden sostenerlas con sus donativos, dependen de donaciones de iglesias que las patrocinan desde el extranjero. Ello significa buenos ingresos para la Dictadura y pastores satisfechos por su nivel de vida superior al del pueblo.

Siempre se presentaron ante sus patrocinadores como víctimas del comunismo, titanes de la Fe perseguidos que mantenían viva a la Iglesia en Cuba y ahora… por sumisos a las inmoralidades del Poder, se dificulta esa comedia para “pasarles el sombrero” en la diáspora.

Los patrocinadores pueden haberles aconsejado que “hagan algo”. Solución: Fingir que “se hace algo”…sin hacerlo, no es cosa de meterse en problemas sino de confundir una vez más a la opinión pública.

Los presionó el fingido “referéndum constitucional”, varios plantaron pose de disidentes y con el pretexto de oponerse al artículo del “matrimonio homosexual”, recogieron firmas y orientaron a sus fieles votar por la Constitución comunista. ¡Vaya disidentes!

Ahora, enganchan su vagón al tren de “cambios” del Gobierno (o el Gobierno les ordenó engancharse): Nueva “Constitución”, totalitaria, nuevo “presidente”, con el mismo viejo discurso, nuevo presidente de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba, con el mismo encorsetar a la “Cultura” como sirvienta de “la Revolución”.

¿El Consejo de Iglesias (CIC) sería la excepción en esta política de remozamiento...? ¿Por qué se quedaría el Gobierno sin “cambiar” su ya obsoleto Consejo de Iglesias de Cuba?

Fósil del tiempo de exportar la revolución mediante guerrillas, de loar al cura guerrillero Camilo Torres, proclamar que “Cristo fue el primer comunista”, perseguir a los cristianos, pero usar a traidores de entre ellos para hacerles creer a los izquierdistas latinoamericanos que en Cuba los cristianos no eran perseguidos y apoyaban “al proceso de justicia social”.

La Dictadura, está atareada en “cambiar para que todo siga siendo lo mismo”: El C.I.C., impresentable e increíble con sus discursos de los años 60-70, ya no es útil y hace mucho que usa a “las iglesias serias” (como demuestra la campaña bautista “50 días de oración por Cuba” y la sanción del obispo metodista al Rev. Yordi A. Toranzo).

Pues ¡ahora tendrá un “nuevo C.I.C.” con otro nombre!: A.I.E.C. Siete “representantes” controlarán para el Estado a miles de creyentes sin voz ni voto: Pueblo al pie del “Sinaí” estatal, mientras sus jefes median.

(Podrían desmentirme fácilmente con que el próximo domingo prediquen debidamente, sin mutilarlo, Romanos 13 del 1 al 7; para aclararle al rebaño la mendaz predicación de sumisión a las autoridades injustas).

Los medios internacionales pro-dictadura dirán: “Cuba cambia, hay nuevo presidente, nueva Constitución y hasta una nueva asociación de iglesias.

Tradición de jefes el divorciarse de “la vieja” para casarse con la joven secretaria. C.I.C. y C.O.E.B.A.C., concubinas celosas, protestarán por la nueva favorita del sultán y tales chusmerías, más alguna negativa de visa, acreditarán de “disidente combatida” a la flamante “nueva alianza”.

Pero no será la Nueva Alianza con Dios, sino con el dios Poder y la materialidad. Y su próximo paso “disidente” será bailarle al Herodes cubano el baile de los siete velos de la “nueva ley de cultos”; para servirle en bandeja las cabezas de cada iglesia. Lo cual no podría conseguirlo el C.I.C.

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