Por: Raúl Lázaro Fonseca Díaz.
En la “hojita”
Vida Cristiana**, publicación católica que se distribuye durante las Misas de
los domingos, en un artículo en su sección Onda Juvenil, bajo la firma de Julio
Pernús, el autor afirma que con nostalgia y alegría recuerda aquellos años del
“Período Especial” en que fuimos felices.
A principios de los 90 del siglo pasado, un matrimonio habanero decidió
mediante una carta firmada por ambos, entregarle su hija al gobierno para que
la mantuvieran; luego se quitaron la vida, ahorcándose con sendas sogas que los
colgó de la línea férrea de los elevados, cerca de la terminal de trenes de la
capital.
Entre otros muchos ejemplos está el del niño que llegó a las costas de
la Florida, en una balsa, con el cadáver de la madre, los niños de estas dos
anécdotas que escandalizaron a todos, es evidente que en aquellos momentos no
fueron felices, ni podrán recordar esta época con nostalgia y alegría.
Los inocentes que fueron a parar al fondo del mar, acompañados de sus
padres, en el transbordador “13 de Marzo”, ni los jóvenes que fueron fusilados
al tratar de salir del país de forma ilegal, en la lancha que hacía el
recorrido hasta Regla; ni siquiera pueden recordar aquellos tiempos, fueron
asesinados por los militares cubanos.
Al parecer Julio Pernús, cienfueguero que vive en La Habana y ocupa el
cargo de coordinador de la Comisión para el Estudio de la Historia de las
Iglesias en América Latina y el Caribe (CEHILA), no leyó nunca la Carta
Pastoral: “El amor todo lo espera”,
que fuera un mensaje de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba, dado a
conocer en septiembre de 1993. Es evidente también que los editores del
suplemento Vida Cristiana, ignoraron que muchos niños no tenían leche, ni
comida.
Pernús asevera
que en ese periodo aprendimos a economizar obviando que desde los años 60, el
régimen comunista estableció dos tarjetas de racionamiento, una para los
alimentos y otra para productos industriales, como: ropa, zapatos, artículos
del hogar. Por ejemplo, los hombres tenían que escoger entre poder comprar un
calzoncillo o una camiseta al año; por lo que el pueblo bautizó esta forma de
distribución como: “Maria la O”, la famosa pieza musical cubana, pues el dilema
consistió en mucho más que ahorrar, nos sumergieron a todos en la miseria. En
cuanto a la pirámide invertida en los salarios, no se construyó en el mal
llamado “Periodo Especial”, sino en los años 60 del siglo pasado cuando a
maestros y médicos -que cumplían con su servicio rural el Estado les pagaba 86
y 90 pesos respectivamente, mientras un basurero ganaba 250.
Más adelante
agrega que comprar una casa -para formar una familia- con su salario es ahora
una utopía, cuando durante la mal llamada “Revolución” lo fue desde sus
primeros días. Las mejores casas y apartamentos, los que dirigen el país se las robaron a los
que se fueron y al pueblo lo pusieron a construir las pocas a las que tuvo
acceso, a partir del sistema de “Microbrigadas” que en muchos casos demoraron
en poder adquirir un techo, entre 10 y 15 años. En definitiva, puede decirse
que eran habitáculos defectuosos que después fueron convertidos en barrios marginales;
ejemplo de ellos son: Alamar y San Agustín.
El fallecido
Fidel Castro sentenció: “Algún día los
trabajadores vivirán de su salario y los jubilados de sus chequeras”. Tan “terrible” frase está impresa en los
talonarios de cobro de aquellos tiempos, además de haberse institucionalizado
la indecencia pública, no se explica cómo los padres de Pernús, pudieron
mantenerse ellos y sus tres hijos, con los salarios que ganaban, por muy
profesionales que fueran, cuando el dólar llego a estar a 150 pesos en moneda
nacional y casi nadie devengaba, en aquel entonces, más de 3 dólares mensuales.
El criterio de
todas las personas debe ser respetado; pero en el mío, la distorsión de la
historia de un país con fines espurios, incluso a la religión que se pretende practicar,
llega a ser un acto de lesa humanidad.
No se conoce, ni
el autor deja saber, de qué color será el ojo de vidrio a través del cual deben
mirar los jóvenes “un futuro de esperanza”.
Aunque involucre al Papa Francisco cuando agrega que así los convocó en el
Centro Cultural Félix Varela.
Considero que es
una rara forma de fe, en el único país del hemisferio occidental, donde el
nivel de vida de sus habitantes es mucho más bajo que hace 60 años, cuando los
obreros sí podían comprar una casa y mantener a su familia sin robar y sin
tener que afiliarse a algún partido político.
El manipular los
horrores de esta crisis sostenida que comenzó hace varias décadas, la
inmoralidad pública institucionalizada en el país, así como la represión brutal
del gobierno a todo lo que supuestamente dañe su imagen, es un pecado y grave,
eso lo debe saber tanto Julio Pernús, como la cúpula de la Iglesia Católica
Cubana que dirige Vida Cristiana.
La Habana, 29 de
junio de 2017
**El autor se refiere al No.2744 de la Publicación
Católica Dominical “Vida Cristiana” que tiene fecha 25 de junio de 2017 y cuya
página web es: http://vidacristianaencuba.com
*Periodista independiente. Estudio en el Instituto Superior Pedagógico
Enrique José Varona. Vive
en la Ciudad de la Habana, Cuba. Teléfono: 53452139
Nota del
editor: Recibido por correo electrónico de la Red
cubana de comunicadores
comunitarios.
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