Naamán,
general del ejército del rey de Siria, era varón grande delante de su señor, y lo
tenía
en alta estima, porque por medio de él
había dado Jehová salvación a Siria. Era este hombre valeroso en extremo, pero
leproso. (2 Reyes 5:1).
Naamán
en el momento del relato del segundo libro de los Reyes era un hombre de muchos
méritos. Es valorado como una personalidad extraordinaria por sus incontables
victorias militares, de facto Siria le debía mucho a este general. De tal forma
que el rey lo tenía entre sus oficiales favoritos. El relato dice algo
incomprensible a primera vista. Jehová Dios, le había dado victoria a Siria por
medio de Naamán, porque el general no era un adorador del Dios de Israel.
Eso
sólo se puede entender al ver a Naamán predestinado por Jehová para cumplir un
propósito específico en tiempos en que Israel había violado el pacto divino. Al
dar Jehová éxitos a Naamán significa que a otros daba
derrotas y eso se explica, como que el Dios de la Biblia, estaba en control de
las conquistas y derrotas de las naciones.
Por
otro lado la lepra era una de las enfermedades más crueles y temidas del mundo
antiguo por su contagio e incurabilidad, llevando a sus víctimas en muchos
casos hasta la muerte. La bravura, moralidad, e hidalguía de los hombres no los
inmuniza de los infortunios y adversidades de la vida. Todo hombre por grande
que sea se puede encontrar en su vida con un pero que lo descalifique. Naamán
tenía muchos atributos que lo hacían grande. Como militar era extremadamente
valiente, su pueblo lo honraba, mientras que sus enemigos le temían, por ser un
sempiterno vencedor. Todas las hazañas de Naamán
hubieran sido olvidadas en vetustos anaqueles sólo por un pero que
seguía a sus extraordinarios méritos militares. Este tipo de enfermo se
confinaba y se les colocaban campanitas para que anunciaran su andar, pues
vivían despreciados y separados ante la misma sociedad que cuando sano los encumbró. Lo improsulto del texto bíblico
viene solapado en personajes que aparentan poco protagonismo.
Y
de Siria habían salido bandas armadas, y habían llevado cautiva de la tierra de
Israel a una muchacha, la cual servía a la mujer de Naamán. Esta dijo a su señora: Si
rogase mi señor
al profeta que está
en Samaria, él
lo sanaría
de su lepra. Entrando Naamán
a su señor,
le relató
diciendo: Así
y así
ha dicho una muchacha que es de la tierra de Israel. Y le dijo el rey de Siria:
Anda, ve, y yo enviaré cartas al rey de Israel. (2 Reyes 5: 2-5).
El
general obedeció a la criada y se fue a Israel. El rey de Israel no pudo hacer
nada por el enfermo y se lo envió con temor al profeta. Definitivamente fue
sano cuando se sumergió siete veces en el rio Jordán después de presentar
algunas objeciones ante el profeta Eliseo que fueron resueltas por otros
criados (la historia completa la cuenta 2 de Reyes 5).
La
historia del general sirio sería descrita de otra manera si la criada de su
esposa no hubiera intervenido a favor de Naamán. De esa manera la señora del general escuchó las grandezas del Dios de
Israel, llevadas a cabo por uno de sus profetas.
No
me toca juzgar a Naamán, pero su ejemplo es clásico de hombres grandes y
valientes, que a no ser por la providencia de individuos de aparente menor
rango social, terminarían sus vida inesperadamente condenados por sus propios
pueblos. Es que la vida rompe su rutina repentinamente sin que nadie pueda
parar el curso de los acontecimientos, porque lo que los hombres llaman la
rueda de la historia, no gira sola, sino que hay alguien que tiene control de
ella, aunque casi nunca se ve. El libro de Eclesiastés dice: Porque sobre el
alto vigila otro más alto, y uno más alto está sobre ellos. (Eclesiastés 5: 8)
dentro la esplendorosa verdad del mismo Dios de Eliseo. La sirviente de marras
no tiene nombre, porque la gente así, son hijos de nadie pues ningún hombre
ilustre quiere cargar con hijos sin honra; no obstante se da a conocer por la
fe que salva no sólo a u hombre, sino también a toda una nación. Es que todos
los pueblos necesitan a este tipo de personas. Por ejemplo, Venezuela necesita
sirvientes con denuedo que le digan a su presidente, que no es el espíritu sabanero
él que lo puede salvar y levantarlo de esa cama de pena en la que yace, como
tampoco son las pequeñas o grandes imágenes, o el crucifijo que besa y
adora públicamente.
Es que la Biblia cataloga como ofensivas a Dios la adoración de cualquier imagen, y
ningunas de ellas podrán cambiar el estado de salud del presidente
Hugo Chávez. Por el contrario es el Dios
de la Creación, que limpió a Naamán de su lepra, el único que puede hacer un milagro cuando se le busca y
adora de corazón en espíritu y verdad. Escrito está por el apóstol Pedro, al referirse a
Jesucristo cuando los líderes judíos de aquel tiempo desecharon al Mesías. Este
Jesús es la piedra reprobada por vosotros los edificadores, la cual ha venido a
ser cabeza del ángulo. Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro
nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos. (Hechos 4:
11 y 12)
En
una época dirigida por los grandes medios de difusión, y por colosales
consorcios, donde brillan los nombres de los mejores graduados de las más
importantes universidades del planeta, el mundo necesita hoy de esa gente pobre, pero valiente y ungida que
le diga a los señores
y a los reyes de los países:
Ustedes no son dueños
de nuestra tierra, ustedes están
equivocados y se los comerá la lepra sino cambian de actitud. Cuba necesita de
esa gente, porque los que han tenido la oportunidad de hacerlo, entre los que
incluyo el corrupto e inmoral Consejo
de Iglesias Cubano, no han tenido la unción, ni el valor, ni el carácter
para hacerlo. Ya sea por este medio o por otros, el país precisa de los atrevidos que le digan a
Fidel, a Raúl y a cuanto comunista se le aparezca, que no queremos más migajas
de reformas, por el contrario queremos la verdadera libertad, por la que
cientos de millares de compatriotas han peleado y emigrado. Las reformas
Raulistas están llegando cuenta a gotas después de 50 años de opresión
y dulce tiranía y el país sigue de mal en peor. La ansiada Ley de Culto
cristiana no llega, y ya se hace impostergable. Los apóstoles de esta nación y
las iglesias independientes, que no se han rendido bajo el yugo comunista, demandan al estado cubano dicha ley.
CONTINUARA..........
*Apóstol
en líder de la Iglesia Ministerio Viento
Recio. Coalición Apostólica de Cuba. Reside en Las Tunas, Cuba.
¿Qué reformas ha emprendido Raúl Castro sino intentar dar una imagen cosmética para ganar tiempo y hacer sobrevivir a la tiranía que agoniza?
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