Cuba actualidad, Managua,
La Habana, (PD) La política de
represión contra las iglesias que existió en los primeros años del régimen
comunista en Cuba ha sufrido una metamorfosis. Ya no expulsan ni encarcelan
sacerdotes, ni hostigan a los creyentes, como en los años 60 y 70. Ahora el
régimen parece trabajar desde dentro de los templos. Aunque la persecución por
motivos religiosos no ha terminado, hoy es un poco más sofisticado el trabajo
de los que intentan excluir por ideología la práctica de la fe en las casas de
Dios.
El pasado mes de julio,
una Dama de Blanco, Sara Marta Fonseca
Vázquez, fue expulsada por el pastor de la iglesia bautista en el municipio
Santo Domingo, aledaño al central "Carlos Baliño", en la provincia de
Villa Clara, donde reside.
Su hija, Sara Marta Fonseca Quevedo, líder del Partido Pro-Derechos
Humanos de Cuba, aseguró que las autoridades locales trataron de crear un
estado de opinión contra su madre entre la vecindad, que al parecer solo
amedrentó al pastor.
"Después que circuló un video entre los
pobladores de la zona donde aparece mi mamá marchando junto a las Damas de
Blanco en la Quinta Avenida, después de la misa en la iglesia de Santa Rita y
pidiendo libertad para los presos políticos, es que ocurre su separación de la
iglesia Bautista. Mi madre fue fundadora de esa congregación y era líder en el
momento de su expulsión. Estoy segura que todo eso fue preparado para denigrar
e intimidar a los demás integrantes de aquella comunidad e indisponerlos contra
mi familia."
Por su parte, Fonseca
Vázquez comentó: "El antiguo pastor
de la iglesia fue trasladado al municipio Colón, en la provincia de Matanzas, y
en su lugar pusieron a un aprendiz de pastor de apenas veinte años de edad, que
se ha dejado manipular por las autoridades de la localidad donde vivo.
"¿Qué de malo hay en pedir por los presos?
¿Acaso la Biblia no nos dice que nos ocupemos de ellos? ¿Qué de malo hay en
pedir libertad si Dios nos hizo libres?", pregunta Fonseca Vázquez.
Un pastor bautista,
residente en La Habana, quien no quiso revelar su identidad, dijo: "En el templo se recibe a todas las personas,
independientemente de su afiliación política o de su forma de pensar. La
iglesia no es excluyente, solo basta aceptar nuestra condición de siervos de
Dios."
Roberto Fonseca Vizozo,
esposo de Sara Marta Fonseca Vázquez, manifiesta su preocupación por la suerte
que pueda correr su familia en el lugar donde viven. "Estoy muy preocupado
con esta arbitrariedad que se ha cometido contra mi esposa y por el acoso de
que somos víctimas por parte de la policía política."
"Mi madre es una
defensora de los derechos humanos, que junto al grupo Damas de Blanco "Laura Pollán"
aboga por la libertad de los presos políticos y del pueblo de Cuba. ¿Por qué le
violan el derecho de asistir a una iglesia? ¿Es que acaso las iglesias son solo
para los comunistas?", acotó la líder opositora.
Foto: Sara Marta Fonseca, segunda a la derecha, de Amarilis
C. Rey
*Periodista
independiente. Reside en Managua, La Habana, Cuba. Colabora para la publicación
Primavera digital
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