Por: Mario Mayim Travieso.*
Hace unos años nuestra iglesia fue despojada de
todos los equipos de audio, todas las bancas y las luminarias, quedando en la
más ominosa ruina. El gobierno entró a las 4 de la mañana y nos saqueó.
Perdimos más de 15000 dólares. Era todo
lo que el pueblo de Dios había dado para levantar unas carpas. Muchos amigos
nos preguntaron, ¿a dónde se quejaron?
La iglesia en Cuba no tiene donde reclamar derechos.
Arcel Domínguez Estupiñan administrador de la iglesia por aquel tiempo y actual
pastor del ministerio, fue quien hizo las denuncias en los diferentes lugares,
pero como era lógico pensar, el ladrón no podía administrar justicia. En todos
los lugares que fuimos a demandar justicia, nos expulsaron. Sí, nos botaron del
PCC de Las Tunas, nos expulsaron del gobierno
provincial, se burlaron en vivienda, y
el MINIT, después de mucho esperar, nos atendió pero se volvió poético, ya que nunca nos dio
respuesta. La otra puerta de hierro existente que quedaba estaba herrumbrada,
porque la llave la tenía la señora Caridad
Diego, quien sólo atiende a
los presidentes de obra de iglesias legalizadas antes del triunfo de la
Revolución de los Castros.
Foto: Raúl Castro Ruz, asistió al Culto de Clausura por el 70 aniversario del Consejo de Iglesias de Cuba.Autor: Estudios Revolución
¿Y qué hay con el consejo de iglesias? ¿Por qué no
se reclamó a ellos por lo sucedido? El llamado Consejo
de Iglesia de Cuba está podrido
al estar dirigido por un buen grupo de apostatas. Sus dirigentes están
totalmente parcializados con la revolución cubana. Los insignes reverendos
“Raúl Suárez, Juan Marichal y Miguel Marcial” son sus figuras más conspicuas.
Ellos son los representantes de la iglesia frente a los medios de difusión, el
PCC y el gobierno; todos pueden ser muy buenos comunistas pero han deshonrado
al cristianismo convirtiéndose en verdaderos apóstatas de la fe cristiana. A
estos hombres jamás se les oye hablar de Jesús en sus intervenciones
televisivas, ellos sólo hablan del Che, de Martí y de Fidel y de cuanto
comunista se les viene a la mente. Estos reptiles, que no saben lo que es
fidelidad a Dios y a su pueblo, son un bochorno para la iglesia del Señor. El nos plus ultra de sus falacias
declaradas descaradamente por medios de difusión es querer igualar la sangre inmaculada del
Hijo de Dios, derramada en la cruz del Calvario, y que fue vaciada íntegramente
en el propiciatorio celestial, con la sangre pecadora del Che Guevara que tragó
la tierra boliviana.
El Consejo de iglesias llama hermanos a los Abakuá, a los santeros y babalaos. Ese sincretismo babilónico ha creado confusión en
sectores evangélicos y hasta en los inconversos. De facto, producto de todo este
desorden espiritual, han proliferado en
la nación el satanismo en todas sus manifestaciones. Es el propio estado que por medio de los “irreverentes
pastores” del Consejo de Iglesia, quien les ha abierto espacio a los
satanistas en los medios de difusión o legalizando sus entidades. El ejemplo
más palpable es el famoso “Festival del
Caribe” o Fiesta del Fuego, que se celebra desfachatadamente, todos los años
en Santiago de Cuba para adorar al diablo. A esa brujería en mi nación se le
llama cultura. Claro está no es enemigo de la revolución aquel que adore a la Virgen,
San Lázaro, o cualquier otra deidad diabólica por tal que siga siendo militante
o revolucionario. Jesús dijo: Sí el hijo os libertare seréis verdaderamente
libre. Todo él que conoce a Jesús entra en libertad de mente, pensamiento y
conciencia. Jamás vuelve a hacer esclavo del hombre. Si nosotros somos
libertadores de las mentes que entran esclavizadas a la iglesia, los
babilónicos del Consejo de Iglesia son embalsamadores de verdades bíblicas, ya
que en ocasiones se han atrevido hasta
adulterar la Palabra de Dios para congraciarse con los políticos más eminentes
del país.
Vergonzosamente estos comunistas que están
barnizados de religión defienden el
homosexualismo y el aborto, que Dios abomina, mientras que combaten a ultranza
a los hombres que cumplen el llamado del cielo en la nación, y que han pagado
un precio por defender a Dios, su Palabra
y su reino. A estos obreros fraudulentos nos enfrentamos
en nuestro país combatiendo sus perniciosas influencias desde el púlpito y fuera de este.
Entonces al igual que pasó en otros países
comunistas al no plegarnos a sus leyes y decretos anticristianos nos llaman contra
revolucionarios. Ellos mismos son los primeros en balacearnos con su filosofía
ofídica, porque cambian de piel al igual que las serpientes, sólo que ellos lo
hacen en dependencia de los oyentes y circunstancias. Con la influencia que
tiene nos echan la opinión pública nacional encima por lo que hemos renunciado
a prescindir de sus servicios. De esta manera los organismos gubernamentales
nos persiguen haciendo imposible vivir
de manera pacífica, multándonos injustamente o inventando cualquier tipo
de ficción ilegal; y si esto fuera poco, nos acosan la correspondencia, los
teléfonos y hasta nos han perseguido en los lugares públicos que frecuentamos.
¿Cómo la iglesia va a confiar en líderes que han corrompido los principios más elementales
de la fe cristiana? ¿Quién es la única institución que se levanta contra el
casamiento de los homosexuales, la prohibición del aborto, la proliferación de
la prostitución en cualquiera de sus facetas, la pornografía televisiva, el uso
y abuso de alcohol y drogas, la pederastia, etc.? Acaso no es la iglesia del
Señor la que está para defender los mandamientos que las sagradas Escrituras
tienen como norma.
La iglesia no puede reclamar ante líderes corruptos que
están tan comprometidos con el gobierno, que defienden las banderas del comunismo,
del socialismo y del fidelismo, por encima de la fe Cristiana.
*Pastor – Apóstol. Miembro de la directiva de la
Coalición Apostólica Cubana. Dirige la Red Apostólica “Viento Recio” que cuenta
con más de 20 pastores. Esta red está bajo la paternidad de Apóstol José Félix
Coronel. Desempeña su apostolado en la Iglesia de Las Tunas, Cuba. Es
Licenciado en Cultura Física y tiene una maestría y doctorado en Ministerio
cristiano por estudios dirigidos.
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