Por: Yoaxis Marcheco Suárez.*
Aunque el reconocimiento nacional de estas dos
celebraciones tan importantes para las iglesias (católicas o evangélicas) es
indiscutiblemente un logro; aun son
muchos los que nos faltan por obtener y que al parecer por el momento los
gobernantes comunistas no están muy dispuestos a ceder. El mismo Papa Benedicto
XVI tocó puntos de gran importancia como la devolución a la iglesia de sus
espacios radiales (y por qué no televisivos), y de su derecho a la docencia, a
la enseñanza, a tener su propia escuela, no solo seminarios teológicos para la
formación de líderes y guías espirituales, sino también para impartir educación
cristiana a nuestros hijos y a las nuevas generaciones de creyentes que vienen
surgiendo. Como bien dijera el Papa, este es un derecho de la iglesia y yo
argumento, no solo de la Iglesia Católica Romana, sino de todas las iglesias en
Cuba.
Reconozco que ha sido la
Iglesia Católica a través de su pontificado la que ha logrado en los últimos
años algunos privilegios que han beneficiado no solo a sus fieles, sino a toda
la cristiandad cubana y a todo el pueblo en general. Primero por la gestión
realizada por el Papa Juan Pablo II, quien solicitó a las autoridades
gubernamentales se concediera el día 25 de diciembre como feriado o festivo,
por ser esta una de las fechas más marcadas para el cristianismo, la
celebración de la navidad o del nacimiento de Cristo. El pedido fue concedido y
después de décadas de pasar desapercibida para la sociedad cubana, una fecha
que la cultura occidental en su totalidad ha adoptado como suya, se convirtió
el 25 de diciembre en un día de descanso para creyentes y no creyentes en Cuba.
Luego de muchas navidades en la oscuridad, de prohibiciones explícitas por
parte del gobierno comunista y de ametrallar metafóricamente hablando la figura
del árbol navideño y del legendario Papá Noel, "por ser símbolos del consumismo
y de la demagogia capitalista y burguesa", al punto de que Santa casi fue
declarado el más burgués de todos los burgueses, comenzaron a retomarse estas festividades.
Foto a la derecha: Navidad en Cuba...., en el Hotel Nacional.
Los árboles ahora
brillan con sus manojos de guirnaldas de colores y de luces en establecimientos
públicos, en mercados y en los hogares,
y las ventas, sobre todo en las áreas recaudadoras de divisas, son
elevadas en esta época de agasajos, así que después de haber estado silenciada
durante tantos años, en el presente hasta el gobierno le saca buen partido
desde el punto de vista económico. Todos
se divierten o al menos tratan de hacerlo, aunque la inmensa mayoría carece de
recursos monetarios para alcanzar los elevadísimos precios del mercado
recaudador de divisas y muchos tienen que construir sus árboles de ramas secas
porque es imposible adquirir los que se ofertan. Pero lo positivo es que la
navidad salió de su escondite dentro de los templos y ha tomado por asalto a
todos los cubanos, insisto en que es importante que la iglesia aproveche este
marco para recordar vez tras vez el verdadero sentido de esta festividad y a su
único protagonista, el Dios encarnado, Jesucristo.
La enseñanza en
las escuelas estatales no permite que los creyentes compartan sus ideas dentro
de las aulas, no pueden portar
públicamente biblias, ni literatura o tratados evangelísticos, los niños y
jóvenes cristianos solo cuentan con el espacio que las iglesias les brindan en
cultos dominicales de estudios bíblicos para aprender la Palabra y a su vez la
ética y las normas que emanan de ella y por supuesto la guianza que ofrece la
familia, en el caso de ser toda ella cristiana. La enseñanza estatal tiene un
marcado corte ateo y disemina como ideología fundamental y casi obligatoria,
las ideas del Marxismo desde la óptica del Castrismo. Es importante insistir en
que se les devuelvan a las iglesias sus antiguos colegios donde además de las
ciencias y las letras se impartían una educación fundada en los principios de
nuestra fe. Ojalá que si esto que tanto añoramos se lograra algún día, no sea
en un tiempo muy lejano y que no solo los católicos sean los beneficiados, sino
que de la misma manera que la influencia papal en dos ocasiones ha obtenido
logros como el reconocimiento de la navidad y el viernes santo para el
beneficio de todos; la libertad de
espacios para difundir la fe y enseñarla beneficie también a todos los
creyentes del país, sin distinciones y a su vez a toda nuestra sociedad en
general.
*Profesora en el
Seminario Teológico Bautista Luis Manuel González Peña .Licenciada en Ciencias
de la Información por la Universidad de la Habana y Máster en Teología por el
Seminario Evangélico Los Pinos Nuevos y por la Facultad Latinoamericana de Estudios
Teológicos (FLET, hoy Laurel University).Apoya el trabajo profético de su
esposo el pastor Mario Félix Lleonart y ha publicado en pagina webs como, Religión en Revolución y
Conexión cubana.
Es cierto que se ha logrado algo, la sociedad civil de Cuba siempre espera a que le den ese algo y la iglesia esta en el deber de aprovechar espacios para que no se diluya la esencia de esas pequenas libertades.
ResponderEliminarLo que nos duele a los que estamos lejos y tenemos otra perspectiva sobre las necesidades de nuestra patria, es que a cuenta gotas y cada tanto tiempo, cuanto no se pierde?
La Iglesia católica cubana ha hecho tantas concesiones para lograr recuperar los espacios que le habían sido arrebatados durante tantos años que, en el camino, perdió la brújula o la voluntad y ha incurrido en un pecado, del cual deberá arrepentirse si desea ser consecuente con lo que predica diariamente en la misa al recitar el “Yo pecador”: el pecado de omisión (“confieso ante Dios todopoderoso (…) que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión”).
ResponderEliminarhttp://www.cubaencuentro.com/cuba/articulos/tuyo-es-el-reino-tuyo-es-el-poder-y-la-gloria-275840
Lo fundamental es que el pueblo cubano va recuperando sus raíces cristianas.
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