agosto 14, 2011

Los diez leprosos. Cuando un grupo de estudiantes fueron expulsados de Seminario Bautista de La Habana por calvinistas.

Con el título de, “Los diez leprosos” he leído un post que aparece en el excelente blogs de temas cristianismo, Iglesiando, sobre un evento ocurrido hace algunos años en el Seminario Bautista en La Habana, dependiente este de la Convención Bautista de Cuba Occidental. Como se trata de un asunto doctrinal siempre actual lo incluimos en este Blog. Aquí el artículo:
Posted: 04/14/2009 by Escogido por Gracia
Érase una vez diez leprosos. De los diez, uno solo regreso. No tenían lepra en su piel, sino en sus mentes. Por eso fueron etiquetados como “leprosos”, y por eso fueron expulsados. El nombre de su lepra: CALVINISMO.
Corría el año 1998, la visita del papa a Cuba tenia a todo el país con una expectativa general. Mientras el papa-móvil se deslizaba por los caminos “autorizados”, esto sucedía paralelamente en el Seminario Bautista de la Habana. Si fuéramos a escribir un titular de la noticia para un periódico seria: “SEMINARIO BAUTISTA EXPULSA DIEZ DE SUS ESTUDIANTES POR CALVINISTAS”
No salió por los periódicos, Juan Pablo II no se enteró, en la Alianza Mundial Bautista no lo supieron, pero si sucedió.
Eran diez estudiantes del Seminario Bautista de la Habana ( foto a la derecha). Estaban en diferentes años de sus estudios, eran de diferentes pueblos, algunos de ellos habían renunciado a sus estudios seculares, o a sus carreras profesionales con el propósito de ir a prepararse para el pastorado. Una cosa los unía: su deseo de aprender y servir al Señor. Por las noches, después de las clases, se reunían en el cuarto de algunos de ellos y juntos se ponían a hablar de las doctrinas de la Gracia, o doctrinas Calvinistas. En esas charlas muchos aprendían, otros aclaraban dudas. Varios de ellos tenían ya solidez en sus conceptos de la doctrina calvinista.
Mientras ellos charlaban y discutían la doctrina, no se dieron cuenta que Judas estaba allí agazapado en un rincón escuchando todo, y rechinando sus dientes por la envidia de ver como muchos de aquellos jóvenes le superaban en conocimientos, en expresión verbal, en dominio de las Escrituras, en locuacidad. Judas se hacía pasar por uno más, pero él no estaba allí para aprender calvinismo sino para abonar su envidia, su resentimiento, sus ansias de sobresalir. De vez en cuando aportaba algo para así pasar inadvertido, y volver la noche siguiente. Judas no tenía buenas intenciones. Judas era el traidor. Mientras aquellos jóvenes estudiantes se preparaban para su misión de evangelistas, maestros y pastores, Judas tenía otro tipo de “misión
Judas no podía soportar más aquello, sus entrañas ya reventaban de la envidia, en su mente ya tenía elaborado un plan y se dirigió a la oficina del Rector del Seminario. Allí puso al tanto al Rector de que “… hay un grupo de alumnos calvinistas en este Seminario, están trayendo ideas extrañas, están enseñando predestinación y calvinismo por las noches en los dormitorios…” Del Rector pasó al claustro de profesores, y así comenzó la cacería de brujas dentro del plantel. Judas siguió adelante con su “misión”, continuo instigando a los profesores, siguió distorsionando la verdad con el solo propósito de ser tomado en cuenta como un “…alumno celoso de la doctrina….”, que su nombre al menos se pronunciara dentro de aquellas aulas y además, creando conflictos en la Loma de Chaple, porque encima de Judas, había uno “más grande” que él. Solo faltaba el beso de Judas. Le pidieron los nombres y el los dio.
Los diez alumnos fueron citados a un concilio. Allí se les interrogó, se les hicieron preguntas doctrinales. La Inquisición salió de su tumba y desplegó sus banderas en la Loma de Chaple. Ellos se mantuvieron firmes. Ellos testificaron lo que creían. Ellos no estaban haciendo nada malo. Algunos de ellos ya estaban en el último año de los estudios teológicos, otros en tercer año, y el resto en segundo y primero. En el concilio que la Inquisición levanto contra aquellos diez jóvenes calvinistas se puso al desnudo una gran verdad: muchos de aquellos jóvenes sabían mas doctrina y dominaban más las Escrituras que algunos de los profesores que los estaban juzgando. La Inquisición hace concilios, juzga, condena, expulsa a los leprosos, pero no sabe nada de lepra.
El veredicto: quedan expulsados del Seminario por ideas calvinistas, “…ajenas a nuestra doctrina”.
Todos se fueron. Hicieron sus maletas con lágrimas en los ojos. Empaquetaron deseos, sueños. Nadie hablaba. Judas desde su rincón esbozaba una sonrisa al ver los resultados de su plan. Fueron expulsados por “leprosos”. Se fueron tristes, sin saber qué camino tomar ahora, sus brújulas estaban dislocadas,…..pero con la satisfacción que da el ser fiel a sus convicciones.
Casi con exacto cumplimiento bíblico, a la semana siguiente, uno de los “leprosos” regreso. Fue de los que estaban en cuarto año. Pidió que la Inquisición se volviera a reunir para escuchar su retractación. Allí, delante de los Inquisidores se retractó de lo que había sostenido en el primer concilio. Dijo que lo habían “envuelto” en aquella otra doctrina, pero que a él en realidad no le gustaba. ¿La sana doctrina se mide por el gusto? Fue felicitado por la Inquisición. Fue recibido de nuevo en el Seminario para terminar sus estudios. Este “leproso” regreso, pero no para agradecerle al Señor, sino para retractarse.
Ahora, al pasar el tiempo, los “leprosos” están predicando el evangelio, sirviendo al Señor de diferentes maneras, algunos abrieron nuevas iglesias que se mantienen alumbrando a los hombres.
Judas termino sus estudios, cumplió la “misión” que le fue encomendada, fue felicitado como un cristiano “celoso de la doctrina” (¿cuál doctrina? me pregunto yo….) comenzó su pastorado…, pero… fue sorprendido haciendo algo no muy “doctrinal” y fue separado del ministerio por la misma Inquisición que un día le dio palmaditas en la espalda. No fue la Inquisición, fue el Señor que no le gusta poner sus ovejas en manos de Judas.
Estuve cerca de todo este suceso. Me di cuenta que todavía había hombres con principios, con convicciones, que no venden sus conciencias a un status quo. También me di cuenta que muchos profesores de Seminario necesitan estudiar mas que es el Calvinismo, o sea, en este caso, necesitaban saber más sobre “lepra”. Me di cuenta que muchos profesores de Seminario necesitan primero saber qué es lo que creen antes de pararse delante de un aula a “enseñar”. Me di cuenta que la Inquisición debía haber ido a las charlas nocturnas en los dormitorios antes de hacer concilios, emitir juicios y lanzar veredictos. Y más aún, me di cuenta, que todavía hoy el “Sanedrín” hace negocios con Judas.
Solo una pregunta de las tantas que me hice, quedo sin respuesta. ¿Cómo es posible que ese Seminario expulse a diez de sus estudiantes por calvinistas, cuando el Rector anterior era calvinista? La Inquisición nunca pudo salir de su tumba ni desplegar sus banderas en la Loma de Chaple mientras Luis Manuel González Peña fue el Rector del Seminario.
Antes de cerrar el libro, quiero decirles que lo más que me impacto de este suceso fue ver con mis ojos en el tiempo, como Dios honra a quienes les honran, y como Su Justicia alcanza a quienes no obran de acuerdo a lo que se espera de un cristiano. Y sobre todo, que el Señor no pone sus ovejas en manos de Judas.

4 comentarios:

  1. Yo tambien estuve cerca de los hechos, pero tengo entendido que todo comenzo en el Campamento Yumuri y los leprosos no se atrevieron a pronunciarse.
    No se cual sera ese Judas, pero los leprosos salieron mas por sus mentiras y actitudes solapadas que por sus convicciones.
    Iglesiando visitaba el Seminario y tambien fue cambiando de caracter y comportamiento moral mientras se adentraba en la teoria calvinista, muy mal llamada, por cierto, pq si Calvino resucita y conoce a los modernos seguidores, creo que cuelga una tesis mas en la puerta de la Abadia que diria,
    Se consecuente con lo que crees, pq muchas de las cosas que me endosan no las dije nunca.
    Si Glez Pena era calvinista, no creo que fuera su principal fuente de ensenanza.
    Me mantengo anonimo pq a veces me da la impresion de q algun chivaton anda cerca...

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  2. El asunto tiene interes desde el punto de vista teologico, solo eso. En cuanto a su anomimato, esta bien..., los cubanos llevamos dentro a un policia.

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  3. Visité el seminario par de veces si no olvido alrededor del año 1992. Sería bueno que se añadiera en el escrito quiénes eran los miembros de la Inquisición y el de los diez leprosos; de otra manera el artículo no tiene mucho peso.

    Lo mismo de la persona anónima del comentario. Si un fantasma acusa a otro fantasma...todo queda en la oscuridad; y el Señor es luz...enemigo de fantasmas y sombras.

    Un saludo,
    Alejandro Roque.

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  4. El post fue enlazado, - link activo -, al mismo que apareció en el Blog Iglesiando. Es evidente que el autor usa un estilo que le permite abordar el asunto sin mencionar a las personas implicadas. Si usted atienes información adicional puede incluirla en los comentarios o enviar una nota que será publicada en el blog como un post.

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