octubre 29, 2025

MONTAÑAS TEMBLOROSAS Y AGUA QUE CLAMAN.

 


…..., un huracán azotando a Cuba.

Dios nuestro, ¿por qué te decidiste a montar en tu carro de combate? ¿Será porque te enojaste con los dioses Río y Mar? Con tus flechas heriste la tierra, y esas heridas son los ríos. Cuando las montañas te vieron, temblaron de miedo, las nubes dejaron caer su lluvia y el mar rugió con furia; ¡sus grandes olas se elevaron al cielo! Habacuc 3: 8 – 10 [TLA]

Se trata de una visión poética del poder de Dios en la historia, evocando su intervención en favor de su pueblo mediante imágenes de la naturaleza estremecida y fuerzas cósmicas sometidas a su voluntad. Este pasaje forma parte de un cántico profético donde el profeta Habacuc recuerda las acciones poderosas de Dios en el pasado para inspirar confianza en medio de la crisis. Aquí algunos elementos clave:

¿Ira contra los ríos?, el profeta pregunta retóricamente si la ira de Dios se dirigía contra los ríos o el mar, aludiendo a eventos como la apertura del Mar Rojo y el Jordán. “¿Te airaste, oh Jehová, contra los ríos?” no implica que Dios esté enojado con la naturaleza, sino que la usa como instrumento para liberar a su pueblo.

Se menciona que el arco de Dios fue “desnudo”, es decir, preparado para la batalla, en cumplimiento de sus promesas a las tribus. La imagen sugiere que Dios actúa con determinación y fidelidad, abriendo ríos y sacudiendo la tierra para cumplir su palabra.

Montañas temblorosas y aguas que claman

Las montañas tiemblan ante la presencia divina, y las aguas “alzan sus manos”, una metáfora de sumisión o adoración. Esta escena refleja la majestad de Dios como Señor de la creación, ante quien todo se conmueve.

Este cántico se inspira en antiguos himnos de victoria como los de Éxodo 15 y Jueces 5. No solo recuerda hechos pasados, sino que los reinterpreta como señales de que Dios volverá a intervenir, incluso frente a amenazas como Babilonia. Estos versículos son una exaltación del poder divino que trasciende la historia y la naturaleza, y que ofrece consuelo y esperanza en tiempos de angustia.

Fuente: Comentario de Joseph Benson sobre Habacuc 3:8-10

[29 de octubre de 2025]

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