Esta es una
historia de esas que no solo conmueven , sino que nos trasmite un estado de pesadumbre
tal que es mejor verla como lo que es ; la caída de alguien que asumió una Fe compartió
con ella y, asaltado por circunstancias imprevistas, problemas de salud y
soledad fue abandonado en un punto de no
retorno. Fue el “Pastor de las calles” y
hoy, cegado por el destino es un
malviviente deambulando por las calles de La Habana, que escapa a la muerte
como única salvación; aunque la muerte puede salvarlo. Les
dejo la historia.
Fidel fue pastor de una de las iglesias
pertenecientes las Asambleas de Dios. Como religioso se consagró a la prédica
del Evangelio en lugares públicos, lo que le ganó el apodo de “pastor de las
calles”. Ahora es mendigo.
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