Aumentan los eremitas “urbanos”
por
Jose M Solanes.
Esta
clase de vida se inició en Oriente, cuando miles de creyentes huyeron al
desierto o a las montañas. Grutas y chozas se llenaron de …
Esta
clase de vida se inició en Oriente, cuando miles de creyentes huyeron al
desierto o a las montañas. Grutas y chozas se llenaron de solitarios que
luchaban contra diablos tentadores. La fama de sus ayunos, de las penitencias,
del silencio ininterrumpido, provocaba la afluencia de discípulos, y con
frecuencia, el solitario se veía obligado a acogerlos, creando una comunidad a
la que dar una regla.
Los
eremitas modernos, cuyo número crece cada año, no buscan lugares inhóspitos, su
lugar preferido son las buhardillas en los centros de las grandes ciudades. No
es fácil localizarlos ni reconocerlos. Buscan el pasar desapercibidos, el
silencio, la discreción. Son lo que podemos llamar “Eremitas urbanos”.
¿Por
qué este crecimiento de ermitaños en la actualidad? Hay que decir que se trata
de una vocación, una llamada. El exceso de insistencia en el compromiso con el mundo
y el desbordamiento de las palabras, habladas y escritas han llevado a muchos a
redescubrir la fuerza de la oración y el gozo del silencio.
El
ermitaño da su vida por cosas inútiles, según el mundo. La sencilla regla que
él mismo se escribe, prevé, sobre todo, horas de oración, de lectura
espiritual, de meditación. En el ermitaño hay un rechazo radical de la lógica
mundana, para la cual sólo la acción, la política, el compromiso social, las
inversiones económicas, pueden cambiar el mundo para mejor.
El
eremita urbano, ha respondido a una llamada que le ha hecho comprender que sólo
quien entrega su vida por los demás, la salva, y que el modo más eficaz de amar
y de ayudar es el de encerrarse bajo el anonimato, el silencio, la impotencia,
creyendo hasta el fondo en los misteriosos vínculos de la “comunión de los
santos”.
En
la habitación de uno de ellos se encontró una inscripción, según cuenta el
escritor Vittorio Messori, con el siguiente texto: “El que se va al desierto,
no es un desertor”.
Fuente:
Forum
Libertas.
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