Por: Jaisel Piñero. *
Karl Barth, fue
un teólogo suizo contemporáneo al nacionalsocialismo alemán. Cuando Hitler
arriba al poder, Barth se desempeñaba como profesor en la universidad de Bonn.
Ante las
hostilidades, manipulaciones, presiones y arbitrariedades del régimen Nazi un
sector de las iglesias alemanas cedió al mismo, cambiaron la cruz por la
esvástica y se postraron ante este sistema político.
En mayo de 1934
Karl Barth convocó un sínodo donde se formularon las Tesis/declaración de
Barmen. En ellas se oponen directamente al Tercer Reich y a la actitud asumida
por el sector de la Iglesia alemana que se alió al partido nacionalsocialista.
Básicamente las tesis se edificaban sobre dos pilares doctrinales
supra-culturales 1) la Iglesia reconoce una sola obediencia a la Palabra de
Dios; 2) la Iglesia tiene un solo Señor y es Jesucristo.
¿Qué dicen estos
dos pilares a la Iglesia cubana actual?
En diálogo con
algunos cristianos cubanos por motivo de la consulta del anteproyecto de
Constitución que se desarrolló en la Isla durante el 2018-2019, era notable una
actitud de desapego e irresponsabilidad por parte de una fracción
representativa de la Iglesia.
También era
apreciable cierta ignorancia en el manejo de algunos versos de la Sagrada
Escritura, tocantes a la relación Iglesia-Estado. Los dos versos más citados
fueron Romanos 13: 1 “sométase toda persona a las autoridades superiores”,
y Mateo 22: 21 “al César dad lo que es del César y a Dios lo que es de
Dios”.
Se usaba el
primer texto para justificar la sumisión ciega, pero el verso 4 describe a los
gobernantes como servidores de Dios, para el bien “ministros del bien”.
Por ello debemos regular esa obediencia bajo esta máxima: obedecemos a los
gobernantes en la medida en que ellos se sometan a Dios/sean ministros del
bien.
En el segundo
caso, ante la pregunta mal intencionada de los fariseos, Jesús les enseña que
es correcto que como cristianos paguemos impuestos justos por las
prestaciones/favores del Estado, pero al César no podemos darle, bajo ningún
concepto, lo que pertenece exclusivamente a Dios. El señorío de la Iglesia es
de Jesucristo y solamente Él merece nuestra devoción.
La Iglesia cubana
necesita entender que toda esfera de nuestra existencia pertenece a Jesucristo
y que está bajo su señorío, eso incluye a la política. Por lo tanto, una
posición apolítica, no es necesariamente la postura que deben asumir los
cristianos.
La Iglesia cubana
debe examinar hasta donde ha otorgado al César lo que es prerrogativa de Dios.
La Iglesia
ubicada en la mayor de las Antillas debería ejercer una voz profética de
denuncia ante las injusticias, desigualdades, totalitarismos, atropellos de
cualquier sistema de poder humano, ya que tenemos un único árbitro (La Palabra
de Dios) por el cual debemos medirlo todo, incluso las acciones del
Estado.
Recordemos la
confesión de Pedro y los apóstoles ante el Concilio Supremo cuando les
presionaron para que no enseñaran más a Jesucristo ni su mensaje:
Pedro y los
apóstoles respondieron: Nosotros tenemos que obedecer a Dios antes que a
cualquier autoridad humana.
¿Tiene la
resistencia al mal consecuencias para los justos?
Karl Barth fue expulsado de Alemania por su tenacidad contra el imperio del mal y sufrió el abandono de muchos cristianos de aquellos días. Pero, en el momento de más esplendor del imperio liderado por Adolf Hitler, Barth se atrevió a decir en lenguaje profético:“Por causa de la verdad de la Palabra y de que Dios es el Único, el Tercer Reich de Adolf Hitler se arruinará”.
*Jaisel Piñero es pastor de Los Pinos Nuevos en la provincia de Sancti Spíritus, Cuba.
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