junio 26, 2020

Derribando las estatuas. Ahora van por las de Jesús de Nazaret.

Por Eloy A González.
Sorprende la dedicación a la barbarie que nos ha sacudido en los albores de este siglo 21. Nadie esperaba esto. Solo que había una plétora de iniquidad, profundas dedicaciones al mal y probado ejercicio a la vileza. Un odio acumulado que no encontraba sentido alguno por que las nuevas generaciones, lejos de buscar empleo en la virtud, se someten al desenfado existencial, la perversa deslealtad de la conciencia y al confuso escenario de tecno-media, dispuesto y pérfido en sí.  
Fue suficiente que mataran a un negro para que las turbas desenfrenadas, motivadas, según argumentan por las acumuladas injusticias sociales y el racismo arrojadizo; se emplearan a fondo en la violencia, las agresiones y toda suerte de desmanes. Todo en procura de una justicia que quieren para unos pocos en tanto que destrozan y agreden a los más.
Las estatuas han sido un objetivo providencial para usar a su antojo, delante de los complacientes medios de difusión, alentadores de estereotipos sociales; siempre a la mano de políticos oportunistas y líderes ínfimos de virtud y abundantes de impiedad.
Entonces aparecen los profanadores de siempre, les van arriba a las estatuas y de paso desprecian la historia. Esta última no les interesa, están dedicados al barullo. Hay que verlos en las calles, cobardes como son, atacando a personas inocentes y desprotegidos y destruyendo la propiedad ajena.
Jesús Lloró
Les dicen partícipes de un movimiento antirracista, denominado Black Lives Matter (BLM), esto es que las vidas de los negros importan. Como van contra todos nos les basta el discurso racial y arremeten con todo lo que creen es fascista; palabreja que en boca de los violentos puede significar todo lo que ellos quieran. Entonces aparecen para completar el pedido, los ANTIFAs.
Toda estatua o monumento les sirve, a fin de cuentas, el odio es su patrimonio, la historia no les interesa; van de un lado a otro tumbando, quemando y vandalizando las estatuas. Desde el navegante genovés quien descubrió América hasta el insigne escritor Miguel de Cervantes. Al paso que andan los bárbaros en pocos meses nos quedamos sin estatuas y sin referencias históricas. Apúrense en fotografiarlas y ponerlas en un archivo porque las generaciones venideras serán unos idiotas carentes de referencias sobre el pasado. Todo esto porque muchos, pero muchos; fueron “supremacistas blancos”, “esclavistas”, “misóginos”, “explotadores colonialistas”, “brutales capitalistas” y todo lo que pueda descalificarse.
La religión no se salva, ahora han puesto la mirada del odio sobre la figura de Jesucristo y por extensión sobre la Virgen María, la madre de este.
Un conocido y escuchado activista de izquierda, como era de esperar, de nombre Shaun King dijo que “las estatuas de Jesucristo que lo muestran como un “europeo blanco” deben ser derribadas porque son “una forma de supremacía blanca”. Siguió diciendo el peligroso energúmeno: “Sí, creo que las estatuas del europeo blanco que dicen es que Jesús también deberían ser bajadas,”. “Son una forma de supremacía blanca. Siempre lo ha sido. En la Biblia, cuando la familia de Jesús quería esconderse, y mezclarse, ¿adivina a dónde fueron? ¡EGIPTO! No Dinamarca. Derríbalos.”. Como para no quedarse corto, ya que la ha tomado con los cristianos, en su momento dijo que: la Navidad y la Pascua son “herramientas de supremacía blanca.”
No quiero exagerar sobre el tema que me ocupa; pero lo cierto es que nunca alcancé a imaginar que, en este país, el país de los libres, los Estados Unidos de América; un grupo de exaltados y violentos derribaran las estatuas de personalidades como: George Washington y Thomas Jefferson. Que dieran cuenta también de Cristóbal Colón y Fray Junípero Serra, que vandalizaran estatuas y monumentos con inscripciones soeces y la imagen de la hoz y el martillo. Ahora se proponen ir por las estatuas y monumentos que honran el legado judeo- cristiano de este país.
Muchos hablan de estatuas y monumentos erigidos a hombres relacionados con la esclavitud. Bien que se revise la historia una y otra vez. ¿Por qué no? Solo que debemos remitirnos al punto de inicio de ese basto emprendimiento de la esclavitud; que se prolongó por muchos años y trajo del África a miles de negros a trabajar en América. Es que el punto de inicio está en las luchas en África entre las tribus, reinados e imperios africanos que siempre estuvieron enfrentados en guerras crueles; que dejaban como botín miles de esclavos que eran vendidos en las costas a los traficantes de esclavos europeos que después los traían a los territorios de las Américas.
No hay un solo monumento o estatua que nos recuerde que los primeros esclavistas eran los propios negros que, habiendo vencidos a los iguales de su raza, los amarraban y vendían a los traficantes europeos que los despachaban en sus barcos a través del Atlántico. Estas estatuas no se pueden derribar, no existen; pero en la historia están ahí como esperando a que recordemos que la responsabilidad por el crimen colectivo de la esclavitud empezó en el África profunda, siguió con la práctica criminal de la explotación despiadada y terminó con la emancipación y los derechos establecidos y ejercidos en la América moderna.
Ahora van contra el significado del cristianismo y contra la América cristiana el Pastor Shaun King y los asociados del BLM y ANTIFAs. Mas les vale que vivan en el temor de Dios. Pero si prefieren apostar por Baphomet o Bafometo, el encargado en el purgatorio de los siete infiernos y de los diferentes demonios de los siete pecados capitales; bien pueden dirigirse por allá, por Detroit, donde instalaron un monumento a esta deidad para hacerla presente en esta sociedad, tan dedicada a la impiedad.
Hace algún tiempo en un viaje a la ciudad de Oklahoma encontré una estatua (Jesús Lloró, ver foto) de Jesucristo muy cerca del lugar donde un acto terrorista terminó con la vida de 168 personas, entre ellos diecinueve niños menores de seis años, e hirió a más de 680. Cristo, en una imagen sobrecogedora, da la espalda y se cubre el rostro como avergonzado ante tanto dolor y tanta destrucción.
Traten de derribar a Jesús de Nazaret; pienso que van a fracasar, muchos lo han intentado. Mejor prueben a explicarse todo el misterio que hay en estas palabras:
En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.

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