mayo 22, 2019

Análisis de un periodista independiente a la carta de un pastor bautistas dirigida a la comunidad LGBT+ en Cuba.



Hace unos días recibimos una colaboración de un pastor bautista cubano asentado en Cuba, sobre los recientes eventos en los cuales la comunidad LGBTI en La Habana se manifestó y fue objeto de una fuerte represión. En la carta del pastor hay una clara aproximación dentro de los más genuinos conceptos cristianos a comprender la situación de victimas manipuladas de los miembros de esa comunidad en Cuba. Hay una exhortación y comprensión. Sobre las opiniones que se expresan a continuación completan el libre juego de ideas que sobre este tema no cesan.

Sobre carta de un pastor al movimiento homosexual en Cuba.
 “Colaron el mosquito” del “matrimonio” homosexual y “se tragaron el camello” del socialismo eterno, la dirección del Partido sobre toda autoridad, la educación ideológica de sus niños “en los principios del socialismo” y determinada por el Estado. “la defensa de la revolución” mediante cualquier medio violento...
La Habana,  de mayo, 2019. / El blog “Religión en Revolución”, publicó “Carta abierta de un pastor cristiano cubano a la comunidad de lesbianas, gais, bisexuales y transexuales (LGBT) de Cuba”, firmada con el pseudónimo “Ebenezer Cashera”, con el cual se encubre un pastor bautista, según nota al final.

Creo merecen apoyo sus afirmaciones de que la propaganda gubernamental respecto a los controvertibles derechos que reclama la comunidad homosexual, son mera utilización política de ese grupo por parte del Gobierno. Propaganda que ahora culpa a los cristianos por la no aprobación del “matrimonio gay” en la fingida nueva constitución.

Destaca “Ebenezer” el amor cristiano y el respeto a la dignidad de toda persona:

Esto quiere decir, que respetamos la elección que ha hecho de sus gustos y estilo de vida, pero consideramos, según la Biblia, que es un pecado delante de Dios que destruirá sus vidas, que a la larga les traerá frustración, dolor, inseguridad, por querer vivir algo para lo que no fueron creados.”.

El argumento que soslayan siempre los propagandistas de estas conductas: La falta de los órganos genitales opuestos convierten en contranaturales ese tipo de relaciones físicas.
Efectivamente, la Ley de Dios, que condena esas relaciones, no pide al homosexual algo distinto de lo que nos pide al resto: Abstenernos de fornicación.
Como mismo afirma que no entrarán en el Reino de los Cielos, “los que se echan con varón”, afirma que no entrarán “los fornicarios”, es decir, quienes pecan sexualmente según la naturaleza.
Un problema con el manejo de estas reclamaciones de supuestos derechos, además de la manipulación oficial, es que muchas de las personas involucradas en esas conductas lo hacen siguiendo hábitos de promiscuidad. Y en vínculo con la prostitución masculina, que casi inexistente antes de 1959, hoy es un auténtico “logro de la Revolución”.
Conductas dañinas para la familia, la sociedad, las personas que la ejercen, la salud personal y pública. Las personas “heterosexuales” que practican la promiscuidad y actitudes lascivas provocativas hacia el sexo opuesto  o la prostitución, también se ganan el rechazo social.
Como la propaganda pro-homosexualidad, hace juegos malabares con “conceptos” pseudo-científicos, dividiendo a la humanidad en muchas categorías, según sus acciones sexuales, es fácil seguirlos en el error de adoptar su vocabulario “técnico”.
Pero en opinión de muchos profesionales de la Psiquiatría y la Psicología, no existe la tan cacareada “elección”. Voces profesionales, que por supuesto, están silenciadas en Cuba, por contradecir a la princesa Mariela Castro.
También caemos en la trampa de clasificarnos en “heterosexuales”, “bisexuales” y toda la larga lista. Disguste a quien disguste: Dios, “hombre y mujer los creo”. En cuanto a “respetar la elección”, debemos respetar la dignidad humana de toda persona, pero no su decisión de degradar esa dignidad.
El homosexual buen hijo, que no da espectáculos, no provoca a los transeúntes con miradas o proposiciones lascivas, se gana el respeto de sus convecinos.
Por supuesto que nadie debe menoscabar sus derechos humanos, ni tampoco los de aquellos otros de una conducta ofensiva a los derechos de los demás, último aspecto que obvia la propaganda pro-homosexualidad: Los derechos de uno tienen por límite los derechos del otro.
Por ejemplo, el de los niños a educarse sin ser confundidos sobre la identidad de cada sexo. Y el de los cristianos a predicar y practicar su Fe sin tener que pedir perdón por condenar el pecado, ni justificarse de la acusación de “homofobia”.
 Los activistas de la homosexualidad promueven la confusión y pretenden equiparar sus peticiones a la lucha de las minorías raciales contra la discriminación y por sus derechos civiles. Pero no pueden negociarse por separado los derechos de unos grupos sociales mientras no se garanticen los derechos humanos de todos.  Y una dictadura que irrespeta todo derecho y habituada a manipular a la opinión pública nacional e internacional, ¿es la indicada para promover derechos de grupos, sean los de los homosexuales o los de los religiosos?
Pero la carta de “Ebenezer”, muestra otros aspectos de la degradación de las iglesias y de los cristianos en Cuba:
Quienes se concentraron en “colar el mosquito” del “matrimonio” homosexual y “se tragaron el camello” del socialismo eterno, la dirección del Partido sobre toda autoridad, la educación ideológica de sus niños “en los principios del socialismo” y determinada por el Estado y no por los padres. “la defensa de la revolución” mediante cualquier medio violento: simple validación de las agresiones a disidentes.
Las autoridades eclesiásticas abandonaron la orientación moral del pueblo; las que menos mal quedaron fueron las de la Iglesia Católica.
 No sólo no orientaron a los fieles por “las tres razones del notario”: “Por miedo, por miedo y por miedo”, sino que ¡hasta pidieron esas aberraciones anticristianas al Gobierno en documento que firmaron cerca  de diez iglesias, incluida la Convención Bautista de Occidente y todo el rosario de iglesias pentecostales!
La chocante cláusula del “matrimonio”, como maruga agitada ante el rostro de un bebe, distrajo al pueblo de las demás aberraciones de la “Constitución”:
La validación de la tiranía por quienes la sufren. ¡Y apoyada con las firmas de los cristianos de diez iglesias! ¡Recogidas por sus autoridades religiosas en un documento que, sencillamente, es infame!
Y un pastor, que desea señalar el pecado y defender de acusaciones a la Iglesia, se desautoriza a sí mismo al usar pseudónimo (falta de principiante en que también caí en dos ocasiones). No se atreve a escribir bajo su nombre real, por miedo a las autoridades.
Y, seguramente, por mayor temor a ser reprimido por su “sanedrín”, siempre listo a que “un hombre debe morir por salvar a la Nación”(o a su casta) que por temor a los “Pilatos” de la policía política,  controladora de todo “sanedrín” en Cuba.
*Periodista independiente cubano. Ha colaborado con la agencia de prensa independiente Hablemos Press y sus notas aparecen en distintos sitios de internet sobre temas cubano. Reside en la Ciudad de la Habana.

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