El Padre José Conrado, con llanto en los ojos y cantando a la Virgen,
se despide de Santiago.
Minutos antes de oficiar su última misa en la iglesia Santa Teresita en Santiago de Cuba el padre José Conrado fue a visitar el Santuario de El Cobre. Allí, a los pies de la Virgen de la Caridad, de rodillas, rezó en silencio. Luego, puesto de pie, cantó y oró a la Patrona de Cuba. Notablemente conmovido, con lágrimas en la voz, suplicó por sus ovejas, por los sacerdotes que lo sustituyen, por su iglesia y por el pueblo de Cuba. Casi eran las seis de la tarde y el templo se encontraba prácticamente vacío.
Minutos antes de oficiar su última misa en la iglesia Santa Teresita en Santiago de Cuba el padre José Conrado fue a visitar el Santuario de El Cobre. Allí, a los pies de la Virgen de la Caridad, de rodillas, rezó en silencio. Luego, puesto de pie, cantó y oró a la Patrona de Cuba. Notablemente conmovido, con lágrimas en la voz, suplicó por sus ovejas, por los sacerdotes que lo sustituyen, por su iglesia y por el pueblo de Cuba. Casi eran las seis de la tarde y el templo se encontraba prácticamente vacío.
Nos hemos habituado a ver a un cura en su papel de emisario de Dios
ante los fieles, enseñando el Evangelio, oyendo confesiones y perdonando
nuestros pecados. Este viernes a punto de tener que abandonar la congregación
que estuvo a su cargo por casi quince años, el padre José Conrado fue nuestro
embajador ante la Virgen. Ni siquiera careciendo absolutamente de fe hubiera
podido alguien ser ajeno a las emociones que vibraban frente al altar. José
Conrado suplicó por todos nosotros. No tengo duda alguna, fuimos escuchados.
Vean a continuación el Video donde el P. José
Conrado se despide de su parroquia y habla de su decepción con la Iglesia
cubana.
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