Según un repetido comentario sobre la Iglesia Católica en Cuba, mientras para algunos dice demasiado, otros consideran que dice poco. Tal vez la causa de tal disparidad en las opiniones esté en una frase definitoria del Cardenal Jaime Ortega Alamino, quien ha reiterado que “la Iglesia no puede ser el partido político de la oposición, inexistente hoy en Cuba.”
Lo cierto es que desde el Arzobispado de La Habana, la revista "Palabra Nueva'', vocero oficial de la institución, mantiene una ardua polémica para mostrar una Iglesia capaz de criticar severamente al Estado pero obviando epítetos hirientes, pues hoy la milenaria institución cristiana ha oficiado como mediador entre los presos políticos cubanos y sus carceleros.
Creo que un paso decisivo fue, cuando en actitud igualmente definitoria e independiente, los Obispos católicos cubanos rechazaron la invitación gubernamental a una flamante conferencia de todas las manifestaciones religiosas del país, la cual incluía hasta los cultos animistas africanos y los masones, estos últimos no realmente una religión.
La Conferencia, celebrada en abril del pasado año, contó con la presencia del nuevo Jefe de Estado Raúl Castro ( foto a la derecha ) y un especial invitado de larga trayectoria cristiana, además de fidelista, el teólogo brasileño Frey Betto. La dirección del cónclave estuvo a cargo de Caridad Diego, bien conocida como Jefa de la Oficina de Asuntos Religiosos del Comité Central del Partido Comunista de Cuba.
La Iglesia Católica, en la voz de su Cardenal Jaime Ortega Alamino al rechazar su participación y la de otros prelados, explicó que en semejante conferencia el único denominador común era la Oficina de Asuntos Religiosos del Partido gobernante y al negarse a aceptar un llamado de “ alianza estratégica sobre el futuro de Cuba” , enfatizó: “...ni vertical ni horizontalmente la acción de la Iglesia se funda en alianza alguna, sino que brota del derecho que tiene el cuerpo eclesial de hacer presente el amor de Jesucristo...El Estado Cubano no tiene en la Iglesia ni un aliado ni un enemigo!...”
Mas allá de polémicas por algunas palabras mejor o peor dichas, como la sostenida ahora entre el líder del Movimiento Cristiano Liberación, Oswaldo Payá Sardiñas ( foto a la izquierda) y el Director de “Palabra Nueva”, Orlando Márquez, lo cierto es que por vez primera en medio siglo, superando expectativas y pasados desencuentros, la Iglesia Católica ha sido capaz de mediar en un conflicto entre partes absolutamente contradictorias. Tanto el gobierno que los encarceló, como los presos políticos, aceptaron al intermediario, en tanto el proceso avanza día a día.
La lógica elemental nos lleva a considerar que estamos en la primera acción de un diálogo largamente reclamado y esperado por la mayoría de los cubanos. La institución mediadora pudo hacerlo, precisamente por distanciarse de quiénes le pedían el absurdo de ser un opositor político, a la vez que igualmente marcó distancia del llamado a una alianza con las autoridades, ajena totalmente de su lugar en la sociedad.
No oculta la Iglesia católica su opinión favorable hacia la democracia, incluyendo el natural relevo de los gobernantes y la participación plena del individuo en la política. Igualmente no le es dable dictar cual es el mejor gobierno. Lo cierto es que, al defender el derecho de las Damas de Blanco a no ser reprimidas, además de solicitar el mejor trato a todos los presos, mediando en su excarcelación, se abre el camino al diálogo y la tolerancia que tanto necesitamos. Son los primeros pasos........ ¡Ojalá lleguemos lejos!.........Con el favor de Dios.
*Periodista independiente cubano. Colaborador del Blog Religión en Revolución. Reside en ciudad de la Habana, Cuba.
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