septiembre 22, 2011

El Juicio severísimo de Dios para toda la nación cubana.

Esto dice entre otras opiniones en vocero del Pastor Herrera Tito, su hijo, en tanto que el grupo de fieles junto a su Pastor se encuentran en un prolongado retiro espiritual en el Templo Pentecostal de las Asambleas de Dios en La Habana. Estas opiniones amplían los criterios que se manejan en torno a este acontecimiento que ha tenido tanta trascendencia en los medios y que aún hoy mantiene en vilo a los comunicadores y es razón de múltiples opiniones. Aquí les dejo la información:
Por: Orlando Luis Pardo Lazo
Acabo de hablar 50 minutos por teléfono +53-52501404 +53-52501404 , pueden ayudarlo a comunicarse en Twitter @fuentevidacuba mediante recargas instantáneas de crédito en http://www.ezetop.com) con , el hijo mayor del Pastor Braulio Herrera Tito( foto a la izquierda), devenido vocero de los 62 cubanos recluidos a voluntad dentro del Templo Fuente de Vida, en Infanta entre Santa Marta y Manglar, Ciudad de La Habana, una propiedad hoy en litigio legal por parte de la denominación apostólica Asambleas de Dios, que recientemente han hecho pública una Clarificación desde su perspectiva en esta crisis.
Fue, por convenio mutuo, nuestra segunda conversación para ser transcrita en exclusivo al público, según las notas que fui tecleando mientras hablábamos. No grabé nada. No es una entrevista ni una declaración oficial. Pero son palabras verdaderas. De ser de interés científico o morboso, los órganos cubanos de Seguridad seguro que sí disponen del archivo original en formato digital. Es mi derecho y pago bien caro por ello a la empresa estatal Cubacel, pero igual les agradezco no dificultar la comunicación telefónica.
1. Se alegran de que la palabra de Dios recibida por ellos se esté verificando tal cual. No se alegran de la desgracia humana a su alrededor. Pero sí de comprobar que son portadores de un mensaje real, con implicaciones en su realidad inmediata, aun cuando eso implique el castigo de una enfermedad súbita terminal, por ejemplo, o accidentes de consecuencias graves para quienes han intentado obstaculizar los planes de Dios con ellos. Estas no son más que señales de la justicia divina reveladas a ellos (y a su vez anunciadas por ellos) con suficiente antelación. Muchos meses. Años, de hecho.
2. El Juicio severísimo de Dios para toda la nación cubana (profetizado tan polémicamente en las sesiones de culto del pastor Braulio Herrera Tito, lo que provocó su expulsión el 28 de abril de 2010) es otra de esas señales que ahora pueden ser develadas al público profano (al inicio del retiro no tenían la certeza de que Dios quisiera que se difundiera tal cual esa voz). No es un juego de representaciones apocalípticas en el último capítulo de un best-seller. Es algo inminente y otra vez muy real. Muerte, pestilencia, hambre, desesperación, necesidades de todo tipo, caos, gente errante sin hallar dónde ocultarse o por dónde escapar. Pavoroso para cualquiera. Tangible sólo para ellos. Para ellos y para unos pocos elegidos que también han recibido revelaciones por el estilo, e incluso, aunque no estén ahora glorificando sus espíritus dentro del templo (por miedos mezquinos de posibles represiones terrenas), esos otros ya han comenzado a almacenar bienes de insumo en sus hogares, etc.
3. A la postre, la nación cubana está llamada a darle gran gloria a Dios. Pero eso implica antes el Juicio a una mayoría que descree de Él y habita por ignorancia o por voluntad en el pecado. El retiro es formalmente rutinario, pero en su esencia es trascendental, de santificación de sus vidas, de escuchar directamente a Dios para obedecer su palabra, mediante acciones milagrosas y oraciones de misericordia por el resto de los hermanos al margen de la fe (están documentando lo más significativo de su día a día allá dentro), hasta convertirse así en el pueblo necesario para que Él actúe en Cuba y en el mundo, durante y después del Juicio. Después de manifestarse como desastre, Dios sanará el clima de nuestra nación (aguas y tierras). Semejante debacle para ellos, en tanto elegidos, ya está siendo más que visible hoy.
4. Nunca sobre la faz de La Tierra, y bajo ninguna circunstancia histórica, cometerán holocausto contra la vida humana propia o ajena. Sólo fue designio divino el sacrificio fundacional de Cristo entre los hombres. La noción del suicidio jamás será agradable a Dios. Al contrario, cometerlo sería el peor pecado y los condenaría a morar para siempre en los infiernos. Sin embargo, con gozo entregarían sus vidas ante otros hombres que vengan a arrebatárselas ofuscados por cualquier motivo mundano. Dios los guarda. No temen a nada ni a nadie. Sólo si Él así lo desea es que sus enemigos podrán tomar entonces sus vidas en martirologio. Será, pues, una ofrenda sagrada y no estéril.
5. Han recibido una limitada (pero más que suficiente) solidaridad internacional de pastores y fieles que oran por todos y creen en visiones inmediatas semejantes a las de ellos. Desearían que se sepa cuál es hoy la palabra de Dios dictada a ellos, pero no ningún tipo de publicidad, ni tampoco hacer proselitismo, ni siquiera desmentir los ataques de denominaciones cubanas como las Asambleas de Dios (que por desgracia ya no parecen actuar en Dios). Sólo les queda esperar en obediencia por el cumplimiento divino. Por lo tanto, no hay fecha de suspensión del retiro (al respecto, siempre será falso cualquier rumor popular o de la prensa profesional). Es decir, no habrá fecha de retirada del templo Fuente de Vida, un sitio llamado a ser faro y, como tal, a irradiar la primera luz de los nuevos tiempos o del nuevo país.
Me deseó misericordia, en tanto soy una especie de vocero externo que acaso no logra leer en toda su magnitud el evento que estoy ayudando a visibilizar en Cuba y el mundo. No se arrepiente de nada. Está agradecido de haber conocido a Dios después de una vida algo desordenada. Ese regalo de una existencia limpia y linda, de conversaciones sin intermediarios con Dios, de regalarle su vida en pleno a Dios, es lo más preciado para William Herrera Pereira (el 29 de noviembre cumplirá 28 años) y es por eso que me lo desea a mí y por extensión, a través de mí, a quienes sepan escucharlo de ustedes.
Colgamos los móviles a ras de la medianoche de lunes-martes cubana, ya casi en el otoño irreal con que cada año se sueña en este país. La vehemencia en Cuba es de por sí un don. También podría ser ciertamente una debacle. Adiós.
Orlando Luis Pardo Lazo
La Habana, martes 20 de septiembre 2011, 3:03 pm.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Aunque pienso que los guía un fanatismo ciego, le doy el beneficio de la duda: quizás tengan razón y todos debemos acercarnos más al verdadero Dios.

Unknown dijo...

Acercarnos a Dios no implica alejarnos del mundo que nos rodea. Jesucristo oro por nosotros de esta manera:
"No te pido que los saques del mundo, sino que los protejas del mal." Juan 17.15 DDH

Anónimo dijo...

Tienes razón, Anae, porque una fe sin obras y proclamación, una fe enclaustrada, es una fe muerta.