marzo 05, 2011

El ejemplo debe comenzar por casa.

Jesús nos enseñó la importancia de la oración, y nos mostró la forma correcta de hacerlo para que en ella Dios recibiera toda la alabanza, confianza, intimidad y perfecta comunicación de nuestra parte para con él. En la Oración modelo como más frecuentemente se le llama (Mateo 6), entre otras cosas, Jesús nos indica que debemos pedir por el pan de cada día, el alimento para sustentar nuestros cuerpos, porque aunque también expresara que no solo de pan vivirá el hombre; sino de toda palabra de Dios (Lucas 4:4), frase con la que da respuesta a los intentos de Satanás de doblegarlo, mientras ayunaba en el desierto cuando le sugirió que transformara una piedra en pan y así saciara su necesidad de comer; no estaba negando la importancia de la alimentación y mucho menos comportándose como un fanático ilusionista. La sabia respuesta de Jesús a Satanás, por el contrario, le dejó bien claro lo inútil de su intento para corromper sus ideales, o desviar las intenciones de su corazón de la meta que se había planteado, la palabra de Dios era suficiente y poderosa para no caer en la apetitosa tentación que le mostraba el enemigo, pero en esta frase, muy coyuntural, también estaba implícita la necesidad del pan como alimento material para nuestro sostenimiento. Jesús a pesar de ser Dios no estaba ajeno a nuestras necesidades más elementales, tal vez porque en él convivían la naturaleza divina y la humana.
La distancia temporal que nos separa de la presencia de Jesús entre los hombres es larga; desafortunadamente, siempre ha existido, la pobreza para muchos y la abundancia para pocos, pero en nuestro tiempo el número de personas con hambre es aterradoramente elevado, la falta de alimentos se ha convertido en uno de los males que más golpea a los pueblos; también les sacude la pérdida de valores espirituales y morales, el desapego a la naturaleza y el irrespeto a la creación diseñada por Dios para nuestro disfrute y para que interactuáramos con el medio como administradores capaces y responsables, porque no podemos olvidar que somos polvo de esta tierra, que es esa la esencia de la existencia y nuestra irresponsabilidad como guardianes del planeta es un arma peligrosa y sutil que va totalmente en nuestra contra.
Como cubanos no resulta errado que desde el interior de nuestra isla contemplemos el mundo fuera de nuestras fronteras con ojos críticos o proféticos ya que los daños ecológicos en cualquier parte del planeta, distantes o cercanas a nuestra casa, nos afectan y el dolor de la hambruna que sufren muchos debe ser también nuestro dolor y nuestra vergüenza, pero actuaríamos como verdaderos hipócritas si señaláramos la paja del ojo ajeno, sin habernos percatado de la viga en el nuestro. Digo así porque al escuchar a Fidel Castro hablar durante el diálogo que sostuvo con algunos intelectuales y artistas durante la presente edición de la Feria Internacional del Libro de La Habana, desde esa pretendida posición de profeta sobre las afectaciones que a nivel global está sufriendo la naturaleza y todo lo que esto acarrea a la raza humana y también lo concerniente al hambre como el gran flagelo de este siglo, la escases de alimentos y el alza del precio de los mismos, pareciera que nuestro país vive senderos luminosos de gloria y abundancia y que el Gobierno y Sistema que él representa cumple a cabalidad lo que otros incumplen cien por ciento.
Escuchar a Fidel decir que el hambre está trayendo descontento e ira en las masas y que posiblemente esta haya sido la razón del alzamiento popular en Egipto que provocó la renuncia de su presidente, me hizo verlo como a un verdadero visionario, pero no porque se refiriera a temas que son más que evidentes y que cualquier persona con un poco de sentido común podría vaticinar, sino porque parecía que estaba anticipándose a lo que pudiera ocurrir en este país si el precio de los alimentos sigue elevándose, los salarios estancándose, el desempleo aumentando y la desmotivación adueñándose de la población. El Gobierno cubano no logra restablecer la economía sufrida y decadente, son demasiadas décadas de errar o vivir agarrados a la saya de otro, así que creo que ya podrían irse preparando para una futura insurrección de las masas hambrientas, porque las batallas de ideas pueden ser significativas, pero hasta el mismo Jesús estaba consciente de la importancia de mantener llenos los estómagos.
No solo de pan vivirá el hombre, significa en el plano humano que con la dignidad no se juega, que un hombre o una mujer pueden llegar a hacer grandes sacrificios para conquistar sus ideales, ahí tenemos a Guillermo Fariñas para demostrarlo; pero significa también que los seres humanos nos sostenemos por el alimento que nos da la tierra y que lo necesitamos, estar alimentados y poder alimentar a los nuestros es parte de nuestra dignidad. Jesús nos enseñó a orar pidiendo a nuestro Padre el pan de cada día, llenó los espíritus de sus discípulos, pero también satisfizo sus necesidades objetivas, incluso violando normas establecidas por las jerarquías religiosas de su tiempo, como en aquella ocasión que recogieron espigas y las comieron en el día de reposo o cuando alimentó a la multitud de cinco mil personas que le siguió hasta un lugar desierto de la ciudad de Betsaida. Como líder Jesús no solo prometía, también actuaba, aun en su última promesa cuyo cumplimiento todos los creyentes en él esperamos, la del establecimiento final de su Reino en victoria, se preocupa por nuestras necesidades humanas más básicas: ya no habrá más dolor, ni muerte, la creación será perfeccionada y cada error o abuso humano contra ella, será reparado; él traerá a nosotros un mundo de verdadera justicia, sin divisiones, ni contradicciones humanas, ni incomprensiones. Aunque los gobernantes cubanos han pretendido durante toda la historia de la Revolución hacer creer al mundo y al pueblo de Cuba que su modelo de gobierno es algo parecido a esto, nada más distante, no creo que hayan gobiernos humanos perfectos, pero a cada pueblo le corresponde juzgar la eficacia o ineficacia de sus líderes, yo solo me tomo el derecho que me pertenece de juzgar a los míos.
Ecología y alimento van bien enlazados de la mano, lamentablemente tampoco es nuestro país un paradigma en lo que a cuidado del medio y distribución de la comida se refiere. Cuba tiene mucho que explicar con respecto al uso inadecuado de los recursos y a la toma de decisiones descabelladas como la famosa “Revolución energética”, a mi entender una revolución sin energía, insostenible para una economía deprimida como la nuestra, la utopía de electrificar nuestras cocinas con equipos además de una calidad pésima, es solo una muestra más de cuánto se puede jugar con el pueblo de Cuba. Ahorrar es importante, eso lo he entendido perfectamente, los equipos eléctricos que nos vendieron supuestamente eran muy ahorradores, no quiera nadie ver las elevadas tarifas de la corriente eléctrica y las sumas que cada mes debe pagar el obrero común, transformándose en mago para que su salario llegue a ser suficiente no solo para saldar esta cuenta, sino para proveer a los suyos de las cosas más elementales.
Es fácil criticar a otros, también es fácil autocriticarnos someramente solo para dar la imagen de que en eso también somos buenos, Fidel debió concentrarse en los grandiosos errores de su Gobierno referentes al uso de los recursos agrícolas para la producción de alimentos, por qué no habló del fenómeno que ocurre desde hace varios años en el campo cubano asaltado inclementemente por el marabú, cientos y cientos de hectáreas de tierra inutilizadas por la presencia en ellas de esta planta espinosa que tal vez pueda ser empleada como leña, pero jamás para llevar a la mesa. El gigantesco marabuzal cubre todavía buena parte del terreno que debería ser utilizado para cultivar nuestros alimentos o para alimentar al ganado ¿Han sufrido los suelos donde esta planta se desarrolló?, estoy segura que sí, como también estoy segura que la tierra necesita ser plantada y tratada con periodicidad para que pueda dar frutos satisfactorios. Después de muchos años de marabú, cuando la necesidad nos apretó el zapato, vino la política de la batalla contra los marabuzales, batalla dura como duras son las ramas de esta planta traída de no sé dónde e innecesaria si pensamos que nunca se debió introducir o al menos no de la manera irresponsable que se hizo. Del hermoso paisaje de los cañaverales, pasamos al siniestro del marabú, pero “la lucha continúa”.
En otro extremo, para satisfacer las necesidades de alimentación del pueblo cubano, a alguien se le ocurrió la ingeniosa idea de propagar en los ríos y presas del país un pez de alto contenido proteico, ya bien conocido por todos, la claria, se negó en un principio que este pez fuera altamente depredador, pero la realidad es otra, la claria se ha comido cuanto ser viviente encuentra a su paso, creo que deberíamos pagar recompensas a quienes encuentren en nuestros ríos y presas otras especies a parte de esta, ni rana toros, ni truchas, ni jicoteas, todos pasaron a la historia de la ecología cubana, ¿no es este un error digno de ser mencionado?
Podría destacar también la contaminación de nuestros ríos, sobre todo los que circulan por los espacios urbanos, el descuido de estos recursos hidráulicos los ha convertido en grandes vertederos de deshechos con aguas turbias y malolientes, pero no podemos olvidar la contaminación y el abandono de las mismas ciudades, si nos paseamos por la Capital, en cualquier rincón podemos tropezar con un basurero, eso si no nos fijamos en las malas estructuras de muchos edificios que ya en sí son basureros gigantescos, ¿por qué están tan sucias nuestras calles?, tal vez el glorioso Socialismo cubano con su vanguardista Partido no han sabido educar a las masas en la cultura del cuidado y preservación del medio que le rodea, tal pareciera que los cubanos nos lavamos los pies y dejamos sucia la cara, porque practicamos mucho la higiene en los interiores de nuestras casas, pero la parte que se ve está sucia y maltratada.
Qué puedo comentar del derroche de agua potable, elemento vital para la vida y que, al igual que los alimentos, está en peligro de extinción. En muchos lugares de Cuba debido a las pésimas condiciones de las tuberías conductoras del preciado líquido, este se escapa inmisericordemente, es frecuente ver los grandes salideros de agua que brotan como manantiales y corren por las calles o por los contenes de las aceras. Cuándo serán reparados estos conductos es una interrogante antigua, al parecer como otras interrogantes esta quedará en el álbum del olvido.
En fin, al considerar a Jesús como líder tengo un buen ejemplo de alguien que dice y hace, que va de la palabra a la acción. No solo de pan vivirá el hombre, porque también la espiritualidad, la cultura, las ideas son importantes, pero: danos hoy el pan de cada día, nos recuerda que tener cubiertas las necesidades del cuerpo que nos mantendrá vivos sobre la fas de la tierra, también lo es. Jesús comprendía estas necesidades y nos alentaba a satisfacerlas. Qué puedo decir de mis líderes gubernamentales, tantos años de escasez y de buscar soluciones momentáneas a problemas de dimensiones gigantescas y perdurables, ¿acaso ellos como Jesús han comprendido nuestras necesidades? Me atrevería a preguntar, ¿han experimentado en carne propia las necesidades de alimentos, medicina, calzado, vestido que sufre el pueblo de Cuba en su mayoría desde hace tantos años? Y no solo las necesidades materiales porque la parte espiritual tampoco está muy satisfecha que digamos, creo que para hablar acerca de la insatisfacción de los cubanos en lo que a su recreación, disfrute, cultura, valores, etc. se refiere necesitaríamos varias cuartillas. Muy loables las palabras de Fidel, pero para fijarnos en cómo vive el vecino, primero tenemos que dar el ejemplo en nuestras casas.
*Licenciada en Información Científico Técnica y Bibliotecología y Máster en Estudios Teológicos por FLET. Desempeña sus labores en la Iglesia Bautista de Taguayabón en Villa Clara Cuba junto a su esposo el Pbro. Mario F Lleonart B

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