diciembre 31, 2008

Los Reyes Magos no son tan malos.

Por: Eloy A González.Después de tantos años, y no solamente me refiero a los vividos, la celebración de Los Reyes Magos no alcanza ni la memoria. Pero eso sí, allí está aferrada al recuerdo alguna que otra anécdota que deja traslucir experiencias inacabadas, en el confuso límite entre la niñez y el ocaso no tan lejano.
¿Cuál es el significado de esta celebración? El hacer regalos a los niños el día 6 de enero corresponde a la conmemoración de la generosidad que estos magos tuvieron al adorar al Niño Jesús y hacerle regalos tomando en cuenta que "lo que hiciereis con uno de estos pequeños, a mí me lo hacéis”, Mt. 25, 40. De tal manera que los niños viven la hermosa y delicada fantasía del acontecimiento y a los mayores les toca vivir una práctica que es muestra de amor y fe al Cristo recién nacido.
Movido por una noticia en la prensa es que me siento a escuchar a los recuerdos, mirando con tranquila prestancia la presencia del fuego de la chimenea que crece y produce esa extraña magia de poder y destrucción. Nada hay tan atrayente y pavoroso como la magia de las llamas que consumen.
Así al abrir el Diario me encuentro la información de un hombre en Texas que, agobiado por el comportamiento de sus hijos, decide subastar en Internet los regalos que para ellos había comprado. “No es broma, tres chicos desagradecidos se han pasado. Esta noche nos hemos sentado y les hemos enseñado lo que no tendrán por Navidad este año”, declaró el Padre quien en la puja sacó el triple a los juegos de video que había comprado para sus hijos. Con un clic, el férreo Padre dio al traste con los sueños de sus hijos y de paso zarandeo a los Tres Reyes Magos, Santa Claus y todo su cortejo de personajes y sueños. Aplicó la relación castigo-consecuencia y estas fueron inmediatas, proporcionales y directas, según dicen los educadores. ¡Lo que hay que ver y oír!
No juzgo como cruel lo hecho por el exasperado padre tejano. Disciplinar es bueno, y oportuno. Traigo anécdota y concepto solo ahora, en el agradable ambiente donde me encuentro, acompañado del recuerdo de mi Madre: Ofelia y que todos conocían como, Nieves Negrín. La Revolución había triunfado el 1ro de enero de 1959 y habíamos pasado ese año unas vacaciones como nunca antes. Era la Navidad del 59. Mi hermana y Yo esperábamos un Día de Reyes Magos especial como lo habían sido las vacaciones, pero la escasez y privaciones se habían hecho presentes en la familia. Agregando a esto, nuestro comportamiento de adolescentes indisciplinados, malagradecidos y crueles en el trato para con nuestra Madre que tanto se esforzaba por sacarnos adelante sola. Esta conducta fue por aquellos tiempos, del diario vivir y obrar.
Entonces lo dijo y lo hizo. No le fue difícil porque ya los sueños y la magia del Día de Reyes habían desaparecido para nosotros con eso de la carta, la espera y finalmente el premio merecido. Sentenció dos días antes y así fue: “No hay regalos para el Día de Reyes’, creímos que era una broma pero no fue así; en la madrugada del 6 de enero del 1960 al levantarnos, no había nada.
Las reacciones a aquélla acción de castigo-consecuencia fueron desproporcionadas, lloramos, maldecimos y pensamos todo lo peor de nuestra Madre y no hubo argumento que nos convenciera. Pasaron 3 largos meses y entonces llegaron los Reyes Magos: un brillante reloj de pulsera dorado para mí y una novedosa cámara fotográfica para mi hermana. El Amor superó la desdichada celebración de ese Día de Reyes.
Es que los Reyes Magos que toman forma en nuestros Padres, no son tan malos. Año tras años ellos velan y cuidan de nosotros, nos proveen de su Amor y nos hacen ver que más allá de los sueños están ahí, viéndonos crecer y gozándose en nuestros progresos.
Cuando recorrí el regreso al Hogar al terminar la Universidad sólo le dije a mi Madre: “ya soy Médico’; era una frase suficiente y que contenía todo el significado que traía en sí misma. Fue el mejor regalo que recibió en toda su Vida y me siento orgulloso de ello; devolví con creces el valor y la lección que significo aquel Día de Reyes del año 1960.
Caminó mi Madre por las sendas de la sabiduría, el buen obrar y la sencilla generosidad, esa de todos los días. Alcance a ver apagarse su vida de sorpresa y vi venir, - después de eso-, el espanto y significado de la Muerte.
Hoy me adentro en la memoria, - nada vacía-, cuando el Exilio y la tristeza vienen de la mano y me encuentro angustiado y temeroso, con esa angustia letal de más de medio siglo ya vivido. Ya decaído el corazón como hierba marchita y viendo pasar los días como sombras es que vuelvo a la Vida, - y nutre mi pupila estas líneas-, el recuerdo de la cálida mirada de mi Madre tres meses después de la Epifanía del año 1960, regalando: autoridad, amor, y un sencillo reloj dorado que me acompaño por tantos años.
©2005

diciembre 29, 2008

Navidades y Fin de Año en Cuba.

Por: Enrique López Oliva. *
La Habana, Cuba 29 de diciembre de 2008 -El último domingo del 2008 congregó mucho menos feligreses católicos en sus templos, dedicado a la "Santa Familia", que la celebración de la "Misa del Gallo", la noche del 24 de diciembre, cuando se vieron abarrotados de cubanos de distintas edades, muchas parejas con niños pequeños, y que culminó con la tradicional bendición del Niño Jesús, aunque sorpresivamente en uno de estos, en la parroquia de San Agustín, en el Municipio Playa, donde ofició como todos los años su párroco el Vicario General de la Arquidiócesis de La Habana, Mons. Carlos Manuel de Céspedes, no quedó expuesta la popular imagen del Niño Jesús, para que los asistentes, según costumbre, fueran a besar sus piececitos. Alguien comentó: "Nos secuestraron este año al Niño Jesús".
Cinco obispos cubanos, entre ellos el cardenal Jaime Ortega, celebraron misas de Navidad en prisiones de la Isla por primera vez en cincuenta años y departieron con los reos, informó la publicación católica Palabra Nueva, de la Arquidiócesis habanera. "Fue maravilloso, había lágrimas en muchos ojos, pues nos parecía increíble esta experiencia", dijo el sacerdote Félix Hernández, que estuvo entre los religiosos que acompañó a Ortega a la prisión del Combinado del Este, de la capital cubana, la mayor del país.
Los religiosos "fueron recibidos por el director del penal y otros responsables de la instalación penitenciaria", según la edición digital de la publicación de la Arquidiócesis de La Habana. Por su parte, Laura Pollán Toledo, esposa del periodista independiente Héctor Maseda Gutiérrez, condenado a veinte años de prisión en el 2003, junto a un grupo de 75 opositores políticos acusados de servir de "agentes a sueldo" de la Sección de Intereses de los Estados Unidos en La Habana, señaló que a la misa oficiada por el cardenal Ortega "asistieron algunos presos políticos, no todos".
Frente al templo de Santa Rita, situado junto a las Oficinas del Secretariado de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba, en la vistosa Quinta Avenida, del residencial Reparto Miramar, donde residen muchos diplomáticos extranjeros, algunos de los cuales suelen asistir a misa en dicho templo, la Pollán y un grupo de familiares de presos políticos, las llamadas "Damas de Blanco", que también asisten a misa cada domingo allí a rogar por la liberación estos, dijo que "no fue solo en el Combinado del Este, en Canaleta también hubo misa, y creo que no debe ser única y exclusivamente ahora que estamos en vista de una inspección de los Derechos Humanos y que en febrero del próximo año se ira a Ginebra. Es algo que deben dejarlo de forma permanente para que todos los católicos practicantes que se encuentren en prisión puedan asistir a la Santa Misa y recibir la comunión".
Durante la celebración de la misa en Santa Rita Monseñor José Pérez Riera, quien acaba de cumplir 38 años de vida sacerdotal y es Secretario del staff de la Conferencia de Obispos Católicos, insistió en su homilía en que la actual crisis económica va afectar a todos los pueblos y que su origen esta en el egoísmo. Calificó de "aberraciones" contrarias a la Ley Natural las uniones entre personas del mismo sexo, el cambio de sexo y el homosexualismo. "Pedimos por tantas necesidades de la familia cubana y de la familia de la Iglesia", dijo. En el acto litúrgico se suplico a Dios "para que los gobiernos promuevan condiciones favorables para las familias, así como para los que están lejos y por los que sufren por sus familias rotas". Llamó la atención de que no se rogara por los palestinos muertos en la Franja de Gaza, por los ataques de la aviación israelí, ataques que si han sido condenados por el gobierno cubano.
*Corresponsal en La Habana de Monitor (México) Secretario en Cuba de la Comisión para el Estudio de la Historia de la Iglesia en Latinoamérica (CEHILA-CUBA) E-mail: monitorhavana@enet.cu, monitorhavana@yahoo.es
Foto: Bandera cubana sacada de la Prisión “Combinado del Este”, La Habana, Cuba.

diciembre 25, 2008

Inusitado interés por las cosas espirituales en Cuba.

Con la llegada de la Navidad y el Año Nuevo y la Magna celebración de los 50 Años de Revolucion tan próximo para desdicha de los cubanos, el tema de la religosidad del cubano se ha hecho presente con temas que tratan de la Navidad y de lo que ha representado el engendro mostruoso de la Revolucion para el cubano.
El excelente articulo aparecido en el Blog: EL Abicu Liberal es un buen ejemplo del ajiaco espiritual formado en la Cuba actual, una especie de banquete de infames donde hay de todo. El autor nos provee de un incisivo artículo muy actual que aparece con el titulo nada optimista de: ¡Penúltima Infeliz Navidad y un Próspero Año Nuevo más llevadero! .Conviene leer este artículo íntegramente, aquí solo incluimos algunos de los párrafos mas sobresalientes sobre el acontecer religioso de la Isla.
Hay también en la Red un articulo con el titulo de: Los cubanos y las Navidades, que es una muy buena pieza de humor. En tanto que hoy fue publicado un articulo con el título de: La Iglesia vive, sufre, espera y trabaja, donde su autor deliberadamente omite el texto del documento: Cuba, su pueblo y su Iglesia de cara al tercer milenio.
Pero bueno, cada uno con su link, aquí les dejo algunos de las ideas expresadas por el Abicú.
Reaprendiendo a rezar y cantar villancicos en el CDR. Por Jorge A. Pomar, Colonia, Alemania, Monday, 22 December 2008
Este reportaje de CNN sobre el retorno de la Navidad a Cuba, donde vemos a los miembros de un Comité de Defensa de la Revolución (CDR) reaprendiendo a rezar y a cantar villancicos, data de 2007. Por desgracia para nuestros paisanos de a pie en la Isla, dos años después los festejos Nochebuena, el 25 y el 31 de diciembre, Día de San Silvestre, y la Misa del Gallo no sólo conservarán toda su escualidez ambiental bajo el castrismo.
Por obra y gracia de la furia de Poseidón, con su trío de, más que huracanes, vientos plataneros. ("Lo malo --dijo al respecto una sabia damnificada de Las Tunas-- no es lo que el ciclón deja tras sí, sino lo que encuentra a su paso") y de la flamante Entente Cordiale entre el Vaticano, Ifá, las curias luteranas y gobierno, los festejos de este año prometen ser los más falsos y hambreados desde la entrada triunfal de los cutres dioses barbudos a La Habana en enero del 59.
La vuelta al culto al alumbramiento más famoso de la cristiandad era ya una realidad oficial desde la visita pastoral de Juan Pablo II en 1998. Como nunca antes en medio siglo, están hoy de moda las procesiones a los santuarios de la Virgen del Cobre (Ochún) en Bayamo el 8 de septiembre y al leprosorio de San Lázaro (Babalú Ayé) en Santiago de las Vegas están de moda. Con el beneplácito de las autoridades, bajo la atenta mirada de enjambres de policías y soplones...
La noche del 4 de diciembre repiquetean otra vez en los barrios populares, con redoblado furor, tambores y cencerros en honor a Santa Bárbara (Changó). Y por estos días en hoteles y shoppies (tiendas de pago en moneda convertible) ya a nadie asombra toparse con el viejo Santa Claus. De moda está también bautizar a los recién nacidos, embullar a tomar la comunión a los adolescentes o casarse por la iglesia.
Y en las grandes necrópolis, con la antigua área aristocrática cementerio de Colón como lugar de hallazgos favorito, se pueden ver cantidad de tumbas saqueadas para llenar de cráneos las ngangas de los paleros, que practican la magia negra y derivan su poder de los "muertos". Un negocio tan siniestro como lucrativo en auge allá en la Isla.
Para completar este inusitado panorama de fervor religioso, junto a la proliferación de despojos (exorcismos), brujerías y ofrendas a los orishas en las "cuatro esquinas", al pie de ceibas y otros árboles sagrados, los atuendos blancos de babalaos, santeros e iyabós, sus abigarrados collares, amuletos y pulseras de Orula, ponen una rara nota pagana en las calles de una Isla todavía oficialmente sujeta a las infalibles leyes y "regularidades" de la dialéctica materialista.
De esperpentos se pueden calificar esas imágenes que muestran a los jerarcas de las Reglas de Ocha y Palo (santería) sembrando una ceiba para pedirles a los orishas salud y larga vida para el Magno Paciente (Fidel Castro); a éste apoyado en el brazo del metropólita Kiril Gudajaev; al Hermanísimo inaugurando un soberbio templo ortodoxo en la Habana Vieja y asistiendo a la misa de beatificación de San Olallo en Camagüey. En virtud de la generosidad de los ayatolás iraníes y del "Loco de Teherán", amigo personal de su congénere cubensis, por los alrededores del Paseo del Prado ya se pasean las primeras avanzadas juveniles de adeptos al Islam.
Foto: Una foto que muestra la realidad espiritual de Cuba. Desconozco su autor; la recibí hace algún tiempo por correo electrónico.

diciembre 20, 2008

El árbol de Navidad

Por: Eloy A González.*
Nada más apropiado para este tiempo que hablarles del árbol de Navidad. Siento desanimarlos, no voy a escribir un devocional sobre la Navidad, ni haré un breve discurso sobre el espíritu navideño. Voy a superar la tentación de sumergirme en las frecuentes especulaciones sobre el origen no cristiano del árbol de Navidad. Lo único que pienso hacer es contar una historia entretejiendo algunas anécdotas.
Ya saben ustedes que después del Día de Acción de Gracias, la mayoría de las familias comienzan a adornar sus hogares para la Navidad. La Navidad, para los que no saben, es una festividad donde celebramos un nacimiento, el de un niño que nació en la pobreza tanto cómo en una singular excelencia. Esto ocurrió en un lugar muy remoto allá por lo que en la actualidad se conoce como el Medio Oriente en una aldea llamada Belén de Judea. El resto de la historia puede oírla en la Iglesia, si es que asisten a ella los domingos.
Pues bien, mi esposa y Yo ayer domingo terminamos cansados después de instalar y adornar el arbolito de Navidad en la sala de nuestra casa. Muy cansados pero satisfechos, miramos una y otra vez el arbolito y disfrutamos de las luces de colores. Ese mismo día a media noche cuando manejaba hacia el trabajo, en el para mi lejano Grand Praire, recordé una y otra vez las ocasiones en que el arbolito de Navidad se me hizo protagonista de mis vivencias, recuerdos y sinsabores. Como este símbolo de la Navidad me acompaño en tantas tristezas e infortunios y fue parte del recuerdo de Navidades truncas.
Ha mediados de la década de los 50’s, en esas Navidades que se vivían en Cuba, mi hermana y Yo veíamos con tristeza las carencias y problemas existentes en nuestro hogar que no auguraban nada bueno. La familia en su integridad estaba en peligro. Pero no era eso motivo de nuestras preocupaciones, sino el deseo de contar para aquella Navidad con un arbolito como ponían en muchas de la casas del poblado.
No dejamos ni por un momento de insistir en nuestros deseos, colmando la paciencia de nuestra querida y en aquel momento atribulada Madre. Cuando mi Papá por aquellos días llegó del trabajo, mi Mamá no esperó ni que se sentara en el sillón a descansar: “Ve a buscarle un arbolito a los niños”, le dijo. Mi padre sin mediar palabra me dijo: “Vamos”, mientras agarraba un machete. Y así nos fuimos a El Serrucho, donde el cortó un arbusto que después de quitada la hojas mi Madre adornó con algodón que compramos en la farmacia del pueblo y algunas bolas que se compraron en la quincalla. No era como el arbolito de algunas familias de mejor situación económica, pero era nuestro arbolito de Navidad; para nosotros era el mejor.
Años después llegó la Revolución, y con ello el Comunismo, el Ateísmo, la lucha ideológica contra la Religión y por extensión a todos y cada uno de sus símbolos. Sin esperarlo a los cubanos nos cayó la desgracia de una suerte de Grinch verde-olivo que nos robó la Navidad. No sólo esto, perdimos la Navidad, la Noche Buena, la principal reunión familiar de los cubanos, la Noche Vieja y la festividad de Los Reyes Magos. Sólo quedaron los arbolitos de Navidad como testigos mudos en las veladas de las Iglesias de confesión protestante y en las misas del gallo en las Iglesias de confesión católica.
De manera que veíamos el arbolito de Navidad por los días de diciembre si nos asomábamos a las Iglesias, porque éstas se aferraban a la tradición y se negaban a renunciar a su más importante festividad. Los cubanos no nos merecíamos tanta desgracia. Ni aún en los países del ex campo socialista se dejó de celebrar la Navidad. Los viajeros que regresaban de los ex países socialistas de Europa venían sorprendidos al ver, de primera mano, que allí sí se celebraba la Navidad.
La historia dio un vuelco cuando, a la caída del campo socialista y el sucesivo deterioro de la situación económica y social en Cuba en la década de los 90’s, la mayoría de los cubanos sintieron una especial avidez por las cosas del espíritu y comenzaron a preguntarse por qué le habían dado la espalda a la Religión de sus mayores. Los cubanos comenzaron a frecuentar las Iglesias en número muy significativo, y también quisieron recobrar la Navidad, no como festividad religiosa en si, sino como referencia obligada de los encuentros familiares que el Comunismo había abortado. Entonces comenzaron a aparecer de nuevo los arbolitos de Navidad en los hogares cubanos.
Había por aquellos días una propensión por las cosas de Dios y un deseo de recobrar la Navidad. Pero los arbolitos de Navidad así como los adornos no estaban al alcance de todos. Esta situación contrastaba con los establecimientos comerciales controlados por el gobierno comunista, que habiéndonos robado la Navidad, si garantizaban todo tipo de adornos y festividades navideñas a los extranjeros en sus facilidades turísticas y comerciales.
Todos queríamos tener un árbol de Navidad, lo que resultaba casi imposible dado su precio en dólares y considerando que por aquellos días lo más importante era alimentarse. Fue en el año 1995 que el gobierno se apresuró a decretar que estaba prohibido instalar árboles de Navidad en las dependencias públicas o del Estado, que es como decir en todo el país; pero la gente común se aprestaba junto a las Iglesias a poner sus arbolitos de Navidad.
Mi esposa, con manos de dedicada entrega, hizo un arbolito de cartón muy similar a los que aparecen en las ilustraciones de Navidad, cortó papeles de colores e hizo las bolas de adornos que pegó con almidón. Ya estaba listo nuestro arbolito de Navidad. Y lo instalamos en la pared de la pequeña salita del apartamento. ¡Como disfrutamos ese árbol de Navidad hecho de cartón y papeles de colores, de desechos! No fue un acto contencioso, sino el noble disfrute de un acto de libertad y reconocimiento de lo que siempre fue para nosotros, algo más que una festividad. Mucho tiempo estuvo el árbol de cartón prendido en la despintada pared, como recordando que la Fe también es un acto de Libertad.
Cuando llegamos al Exilio, el primer año compramos y colocamos el árbol de Navidad. Pero en este país no estamos exentos de sobresaltos y amargos desatinos. Viviendo en un reducido eficience en la ciudad de Miami, por aquel entonces, más que nunca acompañados de la tristeza y la amarga experiencia del Exilio y caminando otra vez el sendero de la privaciones, nos sorprendió otra Navidad; entonces nos preguntarnos si valía la pena poner o no el arbolito. ¡No hay lugar para el desánimo! También esa era una Navidad y fuimos a comprar un pequeño arbolito de esos que se ponen sobre las mesas. ¡Otra vez fue nuestro arbolito de Navidad! Nos acompañó en aquella Navidad tan necesitada de Paz.
Hasta aquí, detengo mi relato; si usted ha llegado hasta esta línea le invito a que reflexione si aún en su hogar no tiene puesto un arbolito de Navidad, si es así no vacile ni un momento en participar junto a su familia en buscarlo y ponerlo en la parte más visible de su sala, involucre a toda la familia en esto. Olvídese si tiene papeles o no, si tiene trabajo, si le acompaña en estos momentos alguna desdicha, si esta enfermo o ve en peligro su hogar. Mire usted, Dios que es más importante que usted y que Yo, nos tuvo muy en cuenta a todos nosotros y en un gesto de Solidaridad permitió que su hijo naciera en Belén; y de ahí viene toda esta historia de arbolitos y luces.
La Navidad es el acto por el cual Dios se hizo solidario con todos nosotros. Sólo le pido que se haga usted solidario con su familia, honre la Navidad, disfrute de ella y ponga su arbolito. Este es un símbolo más de esta festividad. ¡Llénese de Navidad! Si Dios apostó por usted en Belén, haga usted lo mismo, ¡apueste por Dios!

diciembre 15, 2008

Un beato cubano en la antesala de la santidad, a quien encomendarse en medio de tanto desastre.

CREER.
Por: Luís Cino.*

Arroyo Naranjo, La Habana, Cuba, diciembre 11 de 2008 (SDP).- Muchas veces, de joven, dudé antes de franquear el umbral de una iglesia. Hoy lo lamento por las veces que, necesitándolo mucho, me quedé con las ganas de rezar en la paz de la casa de Dios. También me avergüenza alguna vez que no me atreví a entrar, durante un entierro, en la capilla del cementerio. Había uniformados y militantes del Partido Comunista que se apartaban y observaban huraños a los que entraban. Uno no sabía cual de ellos podía hablar de más, pero era probable que alguien hablara y perjudicara tu futuro.
Creer en Dios, los santos o cualquier ente “sobrenatural” era cosa de gente atrasada, un rezago del decadente pasado burgués, nos decían. “La religión es el opio de los pueblos”, proclamaban los carteles del marxismo-leninismo que llegaba arrollador. Se suponía que un joven nacido con la revolución, respondiera plenamente a los preceptos del materialismo histórico. De no ser así, se arriesgaba. Las mejores carreras estaban expresamente vedadas a los creyentes. En definitiva, la universidad era (y aún es) para los revolucionarios.
La niñez y adolescencia de mi generación discurrió en un paisaje de iglesias cerradas y curas desterrados. A la puerta de los templos, los fieles eran vigilados por los milicianos y apedreados por las turbas que les gritaban bitongos y calambucos. En las casas, escondían los santos, las vírgenes y los cuadros del Sagrado Corazón de Jesús. Los collares y los elegguás fueron a dar al fondo de los closets y los escaparates. Los números de la revista Atalaya de los Testigos de Jehová circulaban con tanto sigilo como si fueran panfletos subversivos.
Recuerdo, allá por 1961, las dos versiones, la católica y la comunista, de las pegatinas con el rostro de un niño en los parabrisas traseros de muchos carros de la ciudad. Un letrero advertía que dependía de ti que el muchacho fuera católico o ateo. No dejaban otra opción: se era gusano o ñángara.
Todo era chocante y confuso. Mi padre era comunista, se enorgullecía de haberlo sido durante el régimen de Batista y de haber ido a la cárcel por serlo, pero estaba casado por la iglesia y sus hijos habíamos sido bautizados. En materia de religión, papá prefería no opinar. Mi abuela, que se negó rotundamente a ocultar sus santos, se alegraba de ello. Pero mis hermanos, que estudiaron en colegios católicos de pago, desde los tiempos de la Alfabetización hasta ahora mismo se proclaman ateos convencidos.
En mi caso, empecé a creer por la influencia de mi abuela. En voz baja, pedía a Dios aprobar los exámenes, crecer unos centímetros más y que no descubrieran mis escapadas para ir a nadar. Oculté que creía hasta que un día, frente a una planilla (“cuéntame tu vida” las llamaban) que indagaba si tenía alguna creencia religiosa, me cansé de negar a Dios. A partir de ahí, mis problemas con la Revolución, agravados por el diversionismo ideológico del que me culpaban, empeoraron drásticamente. No me pesó. Era mucho peor cargar indefinidamente con el miedo y la vergüenza.
En realidad, no soy un católico practicante. Sencillamente, creo. Como decimos por acá, “a mi manera”, que es el modo de creer de casi todos los cubanos (por ejemplo, tengo un amigo que dice que no cree en Dios, pero le tiene miedo). Ahora que está permitido creer y es de buen gusto ir a misa, vuelvo a dudar antes de entrar en un templo. No es que tema que me vean, sino que evito tener el disgusto de tropezarme allí con alguno de los mandarines. Ahora son devotos y buscan alianzas hasta con San Fang Cong.
Todo puede ser. Ya los creyentes militan en el Partido Único. Después de la visita del Papa, autorizaron la Navidad. A fines de los 90, hubo en la Plaza de la Revolución un aquelarre evangélico organizado por los pastores del Consejo de Iglesias que aplauden y di-putean en la Asamblea Nacional. El cardenal Jaime Ortega oró por la salud del Máximo Líder y los babalaos, entre rezos y toques de tambor por el Comandante, plantaron una ceiba en un parque de Bahía.
Quedé en espera de que el general Raúl Castro se persignara en la catedral ortodoxa de La Habana. Antes que él, el presidente ruso Medvedev encendió una vela y se persignó. El general-presidente también prendió un cirio, pero no se persignó. No hay que exagerar.
Días después, el Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros asistió respetuoso a la ceremonia de beatificación del Padre Olayo, en Camaguey. Un buen gesto, otro más, ahora que las relaciones Iglesia-Estado van viento en popa. Sólo que temo que los gestos no nos devolverán las veces que no pudimos orar en las iglesias, los niños que no se pudieron bautizar y las navidades que no pudimos celebrar.
No está mal que haya, además de la Virgen del Cobre, un beato cubano en la antesala de la santidad a quien encomendarse en medio de tanto desastre. Esperemos que el próximo beato, recomendado por el cardenal Ortega, el Consejo de Iglesias o la Oficina de Asuntos Religiosos del Comité Central del Partido Comunista, no sea un capellán de sotana verde olivo.
*Periodista independiente cubano. Semanario Digital Primavera. E-mail: luicino2004@yahoo.com
Foto: Coge tu “Guamá”.

diciembre 12, 2008

Cuba Guarantees Human Rights…, but, the Dissidents were assaulted, beaten and detained in Havana.

Frei Betto: Cuba Guarantees Human Rights.
Brazilian priest Frei Betto said on Wednesday that the Cuban people enjoy the three main human rights: food, health and education.
In an exclusive interview with ACN, the author of the 1985 book ‘Fidel y la Religion’ (Fidel and Religion) said that the work of Cuba in the field of human rights is an example for all the countries that signed the Universal Declaration of Human Rights and do not observe its principles.
Betto, who was in Cuba attending an International Workshop titled “The
Universal Declaration of Human Rights: 60 Years Later”
that took place at Havana’s Convention Center with the participation of over one hundred foreign personalities and representatives of the Cuban civil society, added that there are no missing people in Cuba or extrajudicial executions or children living in the streets.
“The Universal Declaration is still a virtual document,” stressed the Brazilian theologian, although he recognized the importance of the text establishing that all human beings have rights.
Betto noted that guaranteeing the right to food, health and education and making investments in these sectors would be a colossal step ahead for many countries.
In addition, he said that there is freedom of religious belief in Cuba and referred to the recent inauguration of a Russian Orthodox Cathedral in Havana.
Betto stated that Cuba is a model of a humanist nation where its people have their rights guaranteed in spite of US aggressions and an almost fifty-year-old financial, trade and economic blockade.
It’s other information:
Dissidents, assaulted, beaten and detained
Havana, Cuba .Dec. 11 - At least 20 activists were detained in Cuba this week for planning to celebrate the 60th anniversary of the Universal Declaration of Human Rights (UDHR). According to independent and verifiable sources inside Cuba, detainees, some of who were taken by force and beaten, include former political prisoners, human rights activists, opposition political leaders, and independent journalists.
The government of Raul Castro is arresting human rights advocates for wanting to celebrate a declaration of human rights—it’s business as usual, the new boss is the same as the old boss,” said Sarah Wasserman, Chief Operating Officer of the Human Rights Foundation. “For a country that denies violating human rights, this is the epitome of hypocrisy; it’s evident that the Cuban government’s signing of the International Covenant on Civil and Political Rights to notable pomp, circumstance, and self-congratulation earlier this year was just window-dressing.”
Photo: Human Rights activists beaten in Havana City.

diciembre 06, 2008

¡QUE VIVA CHANGÓ!

Editorial. La Habana, Cuba, jueves 4 de diciembre de 2008.
Una fiesta religiosa que marca hitos en Cuba es la de Santa Bárbara. Para el imaginario popular cubano, la Santa está sincretizada con el oricha Changó. Este es el machismo y la jactancia, pero en otra lectura es el valor y la pujanza de lo masculino. Cada 4 de diciembre, Cuba celebra la fiesta de Santa Bárbara o Changó, el Rey de Reyes, el amante eterno de Oshún, la diosa de la sensualidad y la belleza entre los Yorubas, sincretizada a su vez en la Santísima Virgen de la Caridad del Cobre, la Patrona de Cuba, la Cachita que llevamos en el corazón todos los cubanos.
La costumbre dicta que a Chango-Santa Bárbara se le deje como ofrenda para su fiesta, manzanas. Este 4 de diciembre, muchas familias, madres y esposas pondrán las manzanas que el gobierno vende a precios prohibitivos como ofrenda votiva para que Changó rompa las puertas viles de las prisiones. Para que salgan a la libertad y al seno de sus familias los hijos, los esposos, los amantes y los hermanos encarcelados por comprar o vender o por luchar para su libertad y para la nuestra.
Sin temor de aburrir con el tema, SDP (Semanario Digital Primavera) insiste en dar a conocer la vida tal y como se vive en Cuba. Aunque quizás produzcamos un efecto similar al que para algunos produce la divulgación de los actos terroristas en Irak, en el resto del Medio Oriente o más recientemente en el sub continente indio, nuestra desgracia y nuestra constante noticiosa son los presos, los actos de hostigamiento y la represión ciudadana en todas sus variantes. No es posible dejar de informar sobre la próxima explosión de un coche bomba en Bagdad o Bombay, aunque aburra tanto como el abuso en una prisión cubana.
Aunque seamos repetitivos, es necesario decir que nuestros presos son repetitivamente abusados. No importa que aburramos a señorías y satisfechos por Europa y el resto del mundo, que no desean cargar sus conciencias con aquello de que los terroristas insisten en matar con bombas y los castristas en violar derechos y maltratar a presos y luchadores pacíficos en Cuba.
No podemos desgastarnos en funciones de ballet, misas rusas o presidentes ajenos, aunque sean excelentes. Que otros hablen de bailarinas, nosotros lo haremos de jineteras. Nos unimos a nuestra gente de a pie en ruegos a Dios, a Changó o a quien quiera escuchar. Junto a los que luchan cada día decimos ¡Viva la libertad! Junto a una parte muy importante y apreciada de nuestro pueblo decimos también: ¡Que viva Changó y que viva Cuba!
Semanario Digital Primavera. Un esfuerzo informativo de la Asociación Pro Libertad de Prensa. La realidad cubana que oculta la prensa oficial y esquivan los corresponsales extranjeros.

diciembre 01, 2008

Dominus vobiscum

Por: Luife Galeano.
Estamos de enhorabuena. El Asere Supremo se nos pone saco y corbata para presidir la beatificación del padre Olallo; curador de almas y cuerpos allá en el siglo diecinueve durante la Guerra de los Diez Años. Muy mojigato y meapilas se nos están convirtiendo estos rojos ancianos que nos desgobiernan. Primero fue la inauguración de la basílica rusa; reminiscencia de templos de la Plaza Roja y cadáver incorrupto secular. Encantado de la vida no se le erizaron las carnes al Presidente, ni le salieron tarros --esos no los tendrá jamás-- sino, más bien, se le encogió el rictus en una petrificada sonrisa que exhibió tanto agarradito del brazo del pope como, semanas después, junto al presidente Medvedev cual arrebolada damisela con tanto honor enloquecida.
Entre medias sufrimos el 'introibo ad altare Dei' junto al inescrutable Hiu Jintao en el que, a faltas de un templo budista sufragado con Fondos de Cooperación españoles --esos fondos que sirven para todo menos para matar el hambre--, nuestro hermanísimo nos deleitó con tremendo Wa Huan Koh; a capela, eso sí, ante la ausencia de konghous, erhus y sanxians. Ahora --santo, santo, santo-- toca congraciarse con la Iglesia Católica y sus curas libertarios; esos que, no hace mucho silenciaron a Dagoberto Valdés y su revista Vitral. Esos que consideran que las acciones contra Cuba son 'obsesiones enfermizas'. Esos que, en definitiva, han manipulado y tergiversado el mensaje evangélico para servir al Asere Supremo y su cohorte totalitaria.
Sólo hecho en falta un toque de cubanidad entre tanto ecumenismo dialéctico. No estaría de más que nuestro presidente se vistiera de blanco y le pidiera permiso a Eleggua el próximo 4 de diciembre y se lanzara en un irrefrenable bembé a golpe de los batás y su okóngolo de Palo Mayombe exclamando: ¡Kabiosile, Changó! No dejaría de ser un toque folclórico entre tanto chupacirios y boato eclesial. Me pregunto, sin embargo, con verdadera curiosidad y ansias de conocimiento qué habrá sentido el Asere Supremo en el momento de la substanciación, de la realización del misterio divino. Tal vez le hayan venido a la mente los veinte mil cubanos ahogados en el Golfo huyendo del terror por él implantado. Tal vez lo hayan sido los miles de fusilados que de forma despiadada fue anotando en su haber desde los tiempos de la Sierra Maestra. O los inocentes patriotas del Directorio que exterminó con la misma sonrisa con la que recibe a dignatarios y lacayos. O puede que, quizás, no se haya percatado de lo que representa el cuerpo de Cristo consagrado. Con el mismo desprecio se desentiende de los opositores que claman espacio democrático, de su desprecio hacia las firmas del Proyecto Varela, entre otros, o de los abusos al retirar pensiones o a la entrega de ayuda humanitaria a las shopping en dólares o --¡cómo no!-- a la prohibición de los actos por el día de los Derechos humanos.
Este es el Agnus Dei que se pasea al socaire de las sotanas, el eterno adulador de los actos protocolarios, el incapaz de sacar a su pueblo de la miseria porque miseria son sus actos indolentes. Ante semejantes atropellos, la única salida del pueblo cubano es la insumisión; el negarse a cooperar, a asistir a los mítines carnavalescos, a seguir en la interminable nostalgia de tiempos mejores tantas veces prometidos y tantas otras defraudados. El pueblo debe ser consciente de que se encuentra ante otra pantomima válida tan sólo porque cumple con los requisitos que los bienintencionados progresistas del exterior necesitan para apaciguar sus conciencias; para que digan que, en Cuba, se están produciendo los cambios y continuar en la mamandurria de todos los días. Con semejante panorama, no sería extraño ver a ministros de exteriores duchándose con el hisopo del agua bendita o a vice secretarios generales esnifando el botafumeiro de Santiago de Compostela.
Al tiempo. En fin, ite, misa est.
Fuente: Patria Digital Cuba.
Foto: El dictador sustituto , Raul Castro,en el acto de beatificacion.